Esta es una de las pocas imágenes que tenemos del famoso cantante Cat Stevens que un día decidió convertirse al Islam y abandonar la música. El motivo del posado de esta fotografía (quien aparece junto a su mujer, hija y nieta) no es otro más que el agradecimiento al homenaje ofrecido ayer por estudiantes y autoridades de la Universidad de Exeter, en Devon. No deja de resultar curioso un desenlace cultural de este tipo para un icono de la lucha entre generaciones.