EL INFIERNO - EL JARDÍN DE LAS DELICIAS - HIERONYMUS BOSCH
«La diferencia entre las pinturas del Bosco y las de otros es que los demás procuraron pintar al hombre cual parece por de fuera; éste sólo se atrevió a pintarle cual es por dentro (...) Los cuadros del Bosco no son disparates, sino unos libros de gran prudencia y artificio, y sí disparates son los nuestros, no los suyos, y, por decirlo de una vez, es una sátira pintada de los pecados y desvaríos de los hombres» . Padre JOSÉ SIGÜENZA 1605 .
El postigo de la derecha representa el Infierno. Mide 220 cm de alto por 97,5 de ancho.También es conocido como El Infierno Musical , por las múltiples representaciones de instrumentos musicales que aparecen. Se ignora por qué El Bosco asocia la música con el pecado. Ha pintado los tormentos del infierno, a los que está expuesta la Humanidad. Describe un mundo onírico, demoníaco, opresivo, de innumerables tormentos.Es una tabla muy sombría en relación con el colorido de las otras dos: tonos lívidos del infierno de hielo, vivas llamas del infierno de fuego. La tabla se puede dividir en tres niveles. En el nivel superior se ve la típica imagen del infierno, con fuego y torturas. Las arquitecturas están sumidas en extrañas iluminaciones fosforescentes. Ese incendio, que realmente representa el paisaje nocturno de una ciudad en llamas, se ha relacionado con un trauma del pintor, que vio como su localidad natal era pasto del fuego cuando era niño. Ciertamente, estas representaciones de ciudades en llamas se pueden ver en otros cuadros del autor. La atmósfera resulta totalmente demoníaca. La crítica parece coincidir en que el cuchillo unido a las dos orejas es un genital masculino, mientras que la gaita que un monstruo sostiene sobre la cabeza podría ser un elemento homosexual o, tal vez, femenino.
En la parte central, aparece un mundo onírico, con criaturas fantásticas, y cuya figura central en un «hombre-árbol», conocido también por un dibujo autógrafo del Museo Albertina de Viena. Mira directamente al espectador. Se ha interpretado en numerosas ocasiones como el rostro del propio artista y que con un torpe vendaje intenta ocultar una llaga producida por la sífilis. Sobre la cabeza lleva un disco, en el que bailan pequeños monstruos junto a una gran gaita con aspecto de alambique. Sus brazos son como troncos de árbol y están descansando sobre barcas. Su tórax está abierto y hueco como una cáscara de huevo, y en su interior hay más seres. Debajo de él hay un lago helado, sobre el que patinan algunos condenados, mientras el hielo se resquebraja. En la Edad Media se consideraba el contraste entre el frío y el calor como una de las torturas del infierno. Destaca un personaje con cabeza de ave rapaz sentado en un retrete, y con una caldera en la cabeza. Se piensa que podría ser Satanás devorando a los condenados y defecándolos en un pozo negro en el que otros personajes vomitan inmundicias o excrementan oro, esto último quizá como alusión a la avaricia. Bajo el manto de Satanás una mujer desnuda es forzada a mirarse en un espejo convexo colocado en las nalgas de un demonio, aludiendo al pecado de la soberbia.
En la parte inferior a la izquierda aparece un grupo de jugadores (hay dados, naipes, tablero de backgammon, una mujer desnuda portando una jarra) atormentados y torturados por demonios en medio de un gran caos, todo lo cual alude a la pereza, la lujuria, y la gula. A la derecha, se ve a un hombre abrazado por un cerdo con velo de monja, probablemente aludiendo a la lujuria.
MÚSICA DE JOCELYN POOK
Cara interior del postigo de la derecha, con el castigo de los pecados carnales y de otras culpas(para Bax [1956], se trata de los pecados capitales), realizada según la ley de correspondencia (para Tolnay [1937 y 1965], que alude a Dante); fuentes literarias, la Visión de Tondalo (Tolnay: ver Documentación, 1482), especialmente para el infierno de hielo y fuego, para el Satanás que devora a los condenados, para el puente sobre el río, pero también el Grand calendrier des bergers de 1493 [Baldass, 1959].
Tolnay, Bax y Fraenger atribuyen a los diversos elementos una simbología sexual (vaso y linterna, emblemas femeninos; cuchillos y patines, emblemas masculinos; subida de la escalera, el acto sexual);
Combe [1946 y 1957] recuerda la Biblia y la alquimia (con la que se relacionan los colores fríos, negro y azul, de los tenebrosos pozos del infierno).
Para Tolnay, este infierno es un pavoroso sueño del pintor, identificado con el hombrecillo apoyado en el borde del huevo hueco;
Para Fraenger [1947], el testimonio de la restauración universal mediante los tres instrumentos que se precipitan del paraíso con Lucifer, que redimirán a los pecadores con la revelación musical de la Trinidad;
Para Castelli [1952] el hielo del infierno es el fin lógico de la sensación pura; Combe recuerda la amenaza de Ruysbroeck al pecador, que será helado por haber despreciado el verdadero amor y adorado el falso.
Estilística e iconológicamente, se trata del desarrollo del tema del infierno como está representado en el Tríptico del Heno (n.21), para Baldass, también del infierno del Tríptico del Juicio de Viena (n.50), con composición en planos superpuestos de abajo arriba, pero aquí en leve zigzag y con sentido mucho más refinado de tonos claros sobre el fondo sombrío.
Momento figurativo culminante es la imagen del monstruo central, el hombre alquímico [Combe]: los colores (de abajo arriba, negro, blanco, rojo) reflejan los estadios de cocción del mercurio; las piernas como árbol vacío (que recuerdan el tema del crisol alquímico y del regazo de la naturaleza; ver Catálogo, N.43 D) se apoyan en las dos navecillas 'del arte y la naturaleza' que llevan 'la gran obra' ( en cambio, para Tolnay serían las 'barcas azules' de la destrucción, véase el n.16);
El cuerpo es el huevo alquímico (para Fraenger, el huevo universal corrompido; para Bax, una oca gigante, decapitada, alusión a una bárbara diversión local); en el hueco una diabólica taberna con la enseña obscena de la gaita;
La bruja que sirve, con tocado en media luna, recuerda la papisa de los naipes [Combe].
La cabeza del monstruo, probable autorretrato [Benesch] que introduce el elemento habitual del pensativo 'testigo' sostiene una pieza circular con gaita rosada (emblemas femenino y masculino [Bax]) sobre la que giran brujas, demonios y pecadores.
Una primera idea para el hombre-árbol está en el esbozo, bastante juvenil, que representa a San Antonio, del Kupferstichkabinett de Berlin, en cuyo reverso está el Concierto en el huevo(n.7); un dibujo con variantes, considerado auténtico [Tolnay; Baldass; Combe], está en la Albertina de Viena; una paráfrasis en el Kupferstichkabinett de Dresde (Tolnay lo cree de imitador; Bax [1949], autógrafo).
El arpa, el laúd y el órgano de manivela del infierno musical, convertidos en instrumentos de suplicio y rodeados de condenados que cantan con la partitura, son para Tolnay y Bax (que apelan a Freud) símbolos sexuales del castigo del pecado carnal; para Combe, instrumentos bíblicos de alabanza al Señor, olvidados en vida por los pecadores; para Fraenger (al que se opone Lenneberg [1961]), recuerdos de la armonía del paraíso;
La partitura llevaría una música nupcial adamítica; el que mueve la manivela del órgano es un mendigo al que se reconoce [Bax] por la cuerda con marca de plomo que cuelga de la escudilla, impuesta por un orden de 1459.
El monstruo en el trono, con cabeza de pájaro y los pies en las jarras del diablo, es Satanás [Combe; Franger; Tolnay]; devora a los condenados y los pasa como excemento a una bola trasparente (contrapunto de las bolas voluptuosas del Jardín de las Delicias);
En el borde de la cloaca,el condenado que echa monedas de oro por el trasero alude a la herejía de la transmutación alquímica; el que vomita, al primer estadio de cocción (negro), llamado también 'vómito' [Combe]; pero recordemos que la náusea, expulsión de cosas no asimiladas es un aspecto de lo demoníaco, de la separación del ser [Castelli]. Alrededor de estos grupos se multiplican los castigos, en parte identificables por comparación con los Siete Pecados(n.2).
Abajo, a la izquierda, está el suplicio del iracundo, atravesado, con alusión a una pelea entre jugadores de dados, que están tras él, asaltados por los demonios [Combe; Baldass];
La mano que bendice, atravesada por el cuchillo, es la caridad del Salvador, aniquilada por los pecadores [Combe];
El hombre desgarrado por los perros simboliza la envidia [Baldass];
A la derecha, escena del pacto con el Diablo [Combe] que un condenado es inducido a firmar por un brujo con cabeza porcina y toca monacal y por otro sapo representado en la espalda, y tabla de textos alquímicos egipcios: el monstruo que ofrece la pluma lleva colgado un pie cortado, símbolo alquímico de la fijación del mercurio ('cortar el pie');
Para Bax se trata en cambio de una escena de lascivia;
Para Fraenger, de polémica sobre la avaricia del clero.
Sobre el estanque helado, pecadores en patines, emblemas sexuales, lo mismo que los cuchillos (en cambio, para Combe, cuchillos, flechas, lanza, son figuras del fuego de crisol alquímico).
La letra 'M' grabada sobre los dos gigantescos cuchillos, que se repite en otras obras (ver Catálogo, n.50 y 51 D), fue diversamente interpretada como firma de Jan Mandyn [Glück, "Zeitschrift für bildende Kunst", 1895], de Jan Mostaert [Dollmayr, 1898], de un cuchillero de 's-Hertogenbosch, puesto por Bosco en el infierno [Frimmel, 1898; Glück, 1904; Gossart, 1907]; como inicial de 'Mundus' signo de universalidad puesto al emblema masculino [Tolnay]; como letra de signo zodiacal de Escorpión, emblema de los órganos masculinos, relacionado con la letra del azufre, elemento masculino alquímico [Combe].
La oreja gigantesca atravesada por la flecha es considerada emblema de la infelicidad [Tolnay (que indica el prototipo en miniatura del Livre des merveilles du monde)] o de la sordera a la palabra evangélica "quien tiene oídos para oír, que oiga" [Combe].
La llave que cuelga de un bastón sostenido por un fraile (sobre la cabeza de un toro, a la izquierda) es interpretada diversamente, como símbolo sexual [Bax], deseo conyugal prohibido al clero [Tolnay], llave del conocimiento despreciada por los doctores de la ley [Combe]. En el límite a la derecha, junto al linternón, está representada la avaricia o, según Baldass, un ladrón sacrílego.
Al fondo, la visión del infierno de fuego: Fraenger ve el simbolismo de los cuatro elementos:
Aldea = tierra
Río infernal = agua
Molino de viento con las aspas luminosas = aire
Volcán = fuego
Bax piensa que la zona acotada es el purgatorio; Combe observa en el tema del fuego la unión del carácter sexual y el herético (castigo de Sodoma y Gomorra).
EL JARDIN DE LAS DELICIAS . HYERONUMUS BOSCH - " EL BOSCO " . 1480 - 1490 . MUSEO DEL PARDO MADRID .