Este hombre era hermano de Juan, el Evangelista.
Fue el primero en derramar su sangre por Jesucristo, pues Herodes Agripa ordenó que le cortaran la cabeza.
Se supone que estuvo predicando en España, llegando hasta Galicia, creencia que se viene manteniendo desde el siglo VI.
En la zona de la Costa de la Muerte, se encontró con que las gentes no le hacían caso, y que su labor era muy difícil, pues la religión o Tradición Solar estaba muy arraigada, así como el culto a las piedras. En la zona de Finisterre existía un templo solar, conocido como Ara Solis.
Santiago se desmoralizó bastante y entonces se le apareció la Virgen, en una barca de piedra, y le dijo que volviese a Palestina, pues su labor aquí ya estaba cumplida.
Allí le cortaron la cabeza, y varios discípulos trajeron el cadáver en una barca de piedra, (¿otra barca de piedra?), subiendo desde la Ría de Arosa por el río Ulla, y en la zona baja de Puentecesures tomaron por el afluente del Ulla, el río Sar, llegando hasta Padrón, donde desembarcaron el cuerpo del Apóstol. Desde Palestina a Padrón tardaron siete días.
Hasta el año 813 no se vuelve a saber nada de él.
Una noche clara, un eremita observa unas extrañas luces no identificadas, parecidas a estrellas, que desde el cielo iluminan un determinado lugar.
Comunica el hecho al obispo Teodomiro, de Iria Flavia, (Padrón), que era la Sede Episcopal en ese tiempo, y el obispo ordena levantar el terreno, encontrando un arca de mármol con unos restos que él, por "revelación divina", dice que son del Apóstol Santiago, dando cuenta al rey Alfonso II el Casto, quien manda levantar una iglesia de ladrillo para preservar el lugar.
Esto se hizo más que nada porque había que buscar un líder religioso que, en contraposición a Alá, pudiese aglutinar a las fuerzas cristianas contra los moros. Santiago cumpliría a la perfección ese rol, y "se le ve" participar en las batallas montando un corcel blanco.
Desde entonces, miles y miles de peregrinos, procedentes de todo el mundo, han caminado por esa senda física y espiritual, para postrarse ante la tumba de Santiago Apóstol, elegido patrón de España.
Hasta ahí la leyenda. Pero parece que el Camino de Santiago ya existía antes de la aparición del Cristianismo. Era un camino iniciático de la religión pagana, la Tradición Solar, y terminaba en Finisterre, donde estaba el Ara Solis, donde los peregrinos actuales que quieren hacer el camino completo, llegan allí y queman las ropas empleadas durante la peregrinación.
Existen dos símbolos, (que en realidad son sólo uno), que son la concha de Vieira, que todo peregrino porta con la cruz, y la flor de lis, que llevaban los Caballeros de Santiago en sus mantos.
Tanto una como otra, representan la pata de la oca, símbolo solar, pero la concha representa también el símbolo de Venus. (Vieira viene de Venera=Venus). Venus es la Diosa del Amor, y las prostitutas, hasta hace poco, llevaban tatuada en el hombro una flor de lis.
Botichelli pintó un cuadro, donde representa a Venus saliendo del mar, montada en una vieira, entre espuma.
Numerosos símbolos están desperdigados a través del Camino de Santiago.
Este camino recorre zonas cargadas de energía, y esta energía y los estados alterados de conciencia que producía era lo que buscaban los antiguos peregrinos.
Para hacer desaparecer el rastro pagano, el cristianismo construyó iglesias, monasterios, ermitas y centros de religión, cristianizando de esta manera una ruta, cuyo origen y sentido se pierde en la noche de los tiempos.
En el año 1094, después de 16 obispos que siguieron a Teodomiro, la Sede Episcopal se traslada de Iria Flavia a Santiago de Compostela.
El camino de Santiago sigue la ruta que en el cielo le marca la Vía Láctea. Su verdadero significado, (el pagano o iniciático), es que, a través de esta ruta, las almas de los difuntos se encaminan hacia el Más Allá.
En la Costa de la Muerte se hallaba, aparte de los templos al Sol, un templo dedicado a la Muerte y al renacimiento a una nueva vida.
Está este camino jalonado, como hemos dicho, de enclaves mágicos y plagado de leyendas y relatos fantásticos. Cada lugar es un universo en sí mismo, y en ellos se mezclan diferentes culturas, desde los tiempos más remotos hasta la implantación definitiva del Cristianismo.
Montes, valles, caminos, monumentos, fuentes, iglesias, ríos y bosques forman un gigantesco libro, que muchas personas que buscan el Conocimiento Oculto, tratan de leer, pero que sus claves, aunque están a la vista, hay que saberlas interpretar.
Se haga desde una visión cristiana, o desde una posición pagana, la persona que hace el Camino cambia de alguna manera, aunque no tienen muy claro en qué forma afecta a sus vidas ese cambio, pero algo tiene esa ruta iniciática, que influye en el ser humano.
¿Serán esas energías telúricas de las que tanto habla el ocultismo?.
¿Energías cósmicas, tal vez?. ¿Una combinación de ambas?.
Sea lo que sea, hasta las personas más agnósticas dicen "notar algo muy fuerte". Algunas afirman no ser las mismas que eran antes de iniciar la ruta.
El Camino es el juego de la Oca, con sus casillas, sus dificultades y sus peligros, hasta alcanzar la meta final que es la Gloria, que no se regala a nadie, sino que hay que saber ganársela. El Camino es la muerte de todo lo anterior para poder renacer a lo nuevo, para renovarnos y encontrarnos a nosotros mismos. El símbolo principal de la ruta es, precisamente la pata de la Oca, (la vieira sería una pata palmeada de oca, y la flor de lis también, pero más estilizada).
En muchas de las iglesias tenían los tableros de este juego de la Oca, que fueron borrados posteriormente del Camino, para ocultar estas señales paganas.
Cada iglesia, cada convento, cada monumento religioso no está hecho en un lugar cualquiera, sino que si se excava bajo ese monumento o templo se encontrarán las ruinas de un templo anterior de una religión más antigua, y bajo esas ruinas, a su vez se encuentran, a menudo, pozos o restos de construcciones sagradas de culturas megalíticas. ¿Son como puntos energéticos de la tierra, a la manera de los puntos energéticos del cuerpo humano?.
¿Fluyen en esos enclaves energías telúricas o cósmicas, que pueden modificar o alterar la conciencia?.
Así pues, la Ruta Jacobea es un camino iniciático, que nada tiene que ver con el Cristianismo, si bien ha sido absorbido por éste y cristianizada su significación.
Pero pagano o cristiano, el Camino es muy beneficioso para quien lo realiza.
No acaba, por tanto en Santiago de Compostela, el Camino original, sino en Finisterre, dependiendo de que quien realiza la peregrinación lo haga esotéricamente o cristianamente.
Son curiosas las leyendas que se encuentran en los lugares por donde transcurre el Camino, que se van haciendo más "paganas" a medida que vamos entrando en Galicia, pasando del milagro a la magia.
"Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada".
Este dicho proviene de una leyenda que se cuenta en esta ciudad, donde un matrimonio llegó con su hijo de dieciocho años, para realizar el Camino de Santiago.
La manceba del lugar donde se hospedaron se enamoró del joven, y le hizo proposiciones sexuales, que el joven desoyó, mostrando desinterés. La moza trocó el amor en odio, y cuando esta familia se marchaba, introdujo entre las pertenencias del muchacho una copa de plata. Acusado injustamente de ladrón, fue condenado a morir ahorcado por el Corregidor.
Pero cuando los padres fueron a ver a su hijo a la horca, encontraron que éste estaba vivo por intercesión de Dios, a pesar de haber sido colgado.
Fueron a contarle el prodigio al Corregidor y éste dijo: "Su hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me voy a comer".
Pero en el momento de ir a trinchar a la gallina, ésta se levantó del plato y escapó cacareando fuertemente.
Desde entonces, en la Catedral existe una jaula, con alguna gallina dentro, que recuerda el milagro, o la leyenda.
Encontramos otra leyenda curiosa en la zona del Cebreiro, en el Puerto de Piedrafita, ya en Galicia.
Unos monjes benedictinos fundaron una rábida o convento.
Años más tarde, en el Siglo XIII, estaba un cura sinvergonzón, descreído e impertinente diciendo Misa, en la Iglesia de ese convento. Era una madrugada fría como la Muerte, con un fuerte temporal que mantenía la iglesia vacía de fieles.
En el momento de la Eucaristía vio, junto a la puerta, a un vecino embozado con su manto, y sorprendido exclamó:
"¡Hay que ser tonto de solemnidad para salir de casa con este tiempecito y venirse hasta aquí en busca de un trozo de pan viudo y un trago de vino peleón!".
Al instante, las campanas comenzaron a tañer solas, mientras que el pan se convertía en carne y el vino se trocaba en sangre.
El cura, sollozando, cayó de rodillas, pidiendo perdón a Dios por su atrevimiento, mientras que el vecino, que veía el prodigio a diario, ni se inmutó.
En esta zona del Cebreiro, así como en Los Ancares o el Piornedo se encuentra lo que algunas peronas consideran el corazon del mundo celta, aunque yo no estoy muy de acuerdo con ello, pues para mí toda Galicia fue feudo de los celtas, una vez que desplazaron a los antiguos pueblos precélticos. Sí podemos decir que es la zona donde más tiempo perduraron, tal vez por su aislamiento del mundo exterior, perviviendo hasta nuestros días las pallozas celtas, tal y como se suponen que eran en el pasado.
La palloza es una construcción circular u oval, de piedra, con un techo de paja, sustentado por un pilar central.
Consta de una sola pieza, donde conviven los animales y las personas, y donde se hallan el granero, la lareira, (piedra grande que sirve de cocina), el establo y la despensa. No tiene chimenea, por lo que el calor se guarda muy bien durante el invierno.
Los celtas tenían un individualismo muy marcado, por lo que cada palloza era un mundo aparte del resto de ellas, y sólo formaban algún pequeño núcleo con las pallozas de otros familiares, pero aislándose de los demás mediante muros.
Como decimos, algunas se han conservado hasta nuestros tiempos, pues las gentes aisladas en zonas de montaña, en zonas muy remotas, ignorantes de que existía más mundo más allá de su horizonte, vivieron casi como sus antepasados hasta la actualidad.
Se dice que el peculiar acento que poseen los gallegos al hablar es el mismo acento que tenían los celtas, pero no puedo confirmar esto.
Estamos pues en zona de creencias mágicas, y a medida que nos adentramos en Galicia, nos adentramos también en un mundo de brujas, duendes, hadas, demonios y toda clase de entes y de prodigios que no nos abandonan hasta la Costa de la Muerte.
Sobre nuestras cabezas millones de estrellas, un camino cósmico, una Vía Láctea que nos guía hacia nuestro destino.
Pero en ese destino, si el camino que hacemos es cristiano, ¿está realmente enterrado Santiago Apóstol?.
Hacia finales del siglo XIX, en un artículo del francés Louis Duchesne se afirma que en la tumba de la Catedral de Santiago no se hallan los restos del Apóstol, sino de un obispo hereje, que fue ejecutado en Tréveris, (Alemania), junto con siete discípulos suyos, seis hombres y una mujer.
Su nombre era Prisciliano.
Sus restos fueron traídos hasta Galicia por tres de sus seguidores, entrando por la Ría de Arosa y subiendo por el río Ulla, llevado a Iria Flavia y posteriormente enterrado en el lugar donde se dice que aparecieron los restos de Santiago el Mayor.
La historia es prácticamente la misma, como podemos apreciar, pero cambiando de personaje.
Prisciliano, que llegó a ser obispo de Avila, nació en Iria Flavia, al lado de Padrón, y sus enseñanzas se enfrentaron con las de la Iglesia de aquella época, despertando su cólera.
El Priscilianismo rechazaba el boato y el afán de enriquecimiento de la Iglesia, así como la divinidad de Jesucristo y el misterio de la Trinidad, y en sus creencias había un cierto sincretismo con las creencias celtas, tan arraigadas en Galicia.
Predicaba la igualdad entre las mujeres y los hombres, incluyendo esa igualdad en los cultos eclesiásticos. También abogaba por la participación de los esclavos, y rechazaba la existencia de las diferencias sociales.
Modificó el sacramento de la eucaristía, reemplazando el pan y el vino por leche y uvas, pues preconizaban el vegetarianismo. Sus templos eran la profundidad de los bosques, y aunque recomendaban la castidad, permitían la poligamia.
Pero posiblemente, y como ocurre siempre, su mayor pecado fue su rebeldía contra la autoridad de la Iglesia de Roma.
Podemos encontrar en el Priscilianismo muchos puntos de contacto con el arrianismo.
Donde encontró mayor aceptación fue en la Galaecia, puesto que el Panteísmo de sus doctrinas no chocaban con las creencias de la Tradición de aquellos pueblos.
Se acusó a Prisciliano de practicar la magia, los cultos solares, y en general de herejía, por lo que fue juzgado y condenado a morir degollado.
Los partidarios de la hipótesis de que en el sarcófago santiagués se encuentren los restos de Prisciliano afirman que, ante la imposibilidad de que la Iglesia pudiese impedir la peregrinación a la tumba del hereje, inventaron el mito del Apóstol Santiago, de quien dicen estos detractores, que jamás estuvo en España.
¿Quién está enterrado en la Catedral Compostelana? .
La necrópolis cristiana alrededor de esa tumba está datada entre el siglo III y principio del IV, y Prisciliano es posterior. Ya que no está claro si es Santiago, busquemos a Prisciliano.
Como yo soy de Puentecesures, voy a barrer para mi casa:
Puentecesures en la antigüedad era puerto fluvial de Iria Flavia. Hasta 1926 fue una parroquia de San Miguel de Valga, fecha en que pasó a ser un municipio independiente. En el actual límite de Valga con Puentecesures, en la comarca de los Celeni se encuentra la capilla de Os Mártores, (Los Mártires), y cercana está la iglesia de Setecoros, (referencia posible a los Siete Mártires. La capilla de Os mártores sufrió reformas muy fuertes en el siglo XVII, que hicieron desaparecer las huellas de la época paleocristiana de su construcción, entre los siglos IV y V).
Existen sarcófagos antropoides, del siglo IV, tallados en piedra, y un ara romana del siglo I, perteneciente todo ello a la antigua diócesis de Aquae Celenes, (actual Caldas de Reyes), vinculada en el siglo V al Priscilianismo.
Durante mucho tiempo, la denominación de Os Mártores o Los Mártires se le aplicó a Prisciliano y sus discípulos, por lo que se sospecha que están o estuvieron enterrados en este lugar.
Son historias paralelas, pues ambos fueron degollados, ambos traídos a través del río Ulla, pero ¿acabaron uno en San Miguel de Valga y el otro en Santiago?. ¿Son sólo leyendas sin confirmación alguna?.
Difícil es que llegue a saberse la verdad.
Pero veamos dónde acaba el camino antiguo, el iniciático. Comencemos por las Rías Bajas de las que se dice: "...y después de hacer el mundo, Dios descansó, apoyando su mano en Galicia, dando lugar a las Rías Bajas...".
En esas Rías Bajas se encuentran las Islas Cíes, el paraíso de los celtas, y la isla de Ons, lugar al cual van a parar los que han muerto en el mar.
Existen numerosas aras votivas, monumentos funerarios, e innumerables estelas, así como muchas leyendas relacionadas con el mundo del Más Allá.
Encontramos en Cedeira el Santuario de San Andrés de Teixido, cerca de la Sierra de la Capelada. En toda la zona se encuentran los acantilados más altos de Europa.
Se dice que San Andrés estaba muy triste paseando, sumido en sus pensamientos, cuando se encontró con Jesucristo, que venía a hacerle una visita.
Jesús le preguntó por qué estaba tan triste, y San Andrés le contestó que era porque los peregrinos iban a visitar a San Iago, y no le visitaban a él, pese a ser un Santo tan milagroso como el Apóstol.
Jesús le dijo que no se preocupase, que todos le visitarían a él en su santuario, por lo menos en una ocasión.
San Andrés le preguntó cómo podría ser eso posible y Jesucristo le contestó que el que no fuese de vivo, tendría que ir de muerto.
Desde entonces, todos los seres humanos tenemos que ir allí forzosamente, bien en vida, o después de muerto.
"A San Andrés de Teixido vai de morto o quen non foi de vivo".
A medida que ascendemos hacia la Costa de la Muerte, los restos y la presencia de la Gran Tradición se hacen más y más visibles.
Tenemos en Muxía la Piedra de Avalar, relacionada con los ritos de la fertilidad, tan comunes en las religiones paganas. Aún hoy día, alguna parejas hacen el acto sexual sobre ella, para terminar con sus problemas de esterilidad, en el transcurso de una romería, donde los romeros intentan mover esa piedra oscilante, que al moverse produce un misterioso rugido.
Indescriptible es la sensación que sentí cuando me subí a ella, como indescriptible es la sensación que tengo cada vez que toco un monumento pagano.
Se dice que esta piedra es el timón de la barca de piedra en la que se apareció la Virgen a Santiago, para consolarlo y decirle que debía cristianizar esa zona. Pero la verdad es otra: Esa piedra es un lugar de culto megalítico, uno de los restos de las antiguas creencias que se han tratado de borrar, con un milagro cristiano que jamás ocurrió.
En el monte Facho existen muchos lechos de piedra, para que las parejas consigan la fertilidad, apareándose en ellos.
También se encuentran en la zona los restos de la iglesia de San Guillermo, que se erigió con el mismo objetivo, borrar el recuerdo de los cultos paganos, en las inmediaciones de donde se cree que estuvo Duio, la ciudad del Ara Solis, donde se rendía culto al Sol y que fué sumergida por castigo divino, por oponerse a su cristianización.
En La Coruña se encuentra el faro de Hércules, el más antiguo del mundo, aún en funcionamiento, construido por los romanos en la época de Trajano.
Se dice que a sus pies está enterrado Gerión, el ser mítico de tres cabezas, derrotado por Hércules, de quien el Camino tomó su nombre en la Antiguedad: CAMINO HERACLEO, en recuerdo de la ruta de Hércules desde Italia a Iberia y una isla del Atlántico.
Sobre el Camino Compostelano, el gran investigador de la España mágica, Juan García Atienza dice:
"Allí, en el extremo de Europa, había algo, - un recuerdo, una presencia o una realidad trascendente - que impulsaba la marcha penosa de seres humanos hacia su realización, convirtiendo el Camino en un viaje paralelo al que emprendían los muertos del Antiguo Egipto hacia el Amenti, la tierra de sus antepasados, el lugar de sus orígenes míticos.
De este modo, cuando en el siglo X se proclamó urbi et orbe el descubrimiento del sepulcro del Apóstol, los caminos hacia Compostela - y más allá, como veremos - resurgieron con un doble sentido: Uno, el habitual, destinado a los fieles que lo emprendían con el único fin de cumplir sus promesas salvíficas. Otro, el que iban a hollar los buscadores de aquella Gran Tradición secular, que tenían que ocultarse de los poderes establecidos para alcanzar aquella iniciación que constituía la meta del conocimiento esotérico, transmitido desde la más arcaica antigüedad".
Efectivamente. Existen dos caminos en uno, y desde siempre el iniciático ha visto desfilar por él a los maestros, a los iniciados, a los alquimistas, a los ocultistas, que han dejado su impronta en ese camino; impronta que los buscadores de hoy día buscan afanosamente, para beber del cáliz del que bebieron los iniciados desde la más remota antigüedad.
La ruta iniciática, la antigua, hemos dicho que acaba en la zona de Finisterre, donde los antiguos creían que se acababa la Tierra, el mundo conocido.
Para éllos, allí moría, en el mar el Sol, y así les pareció a los romanos que conquistaron Galicia con gran esfuerzo, empleando ocho siglos para ello, (los musulmanes no lo consiguieron) .
Al llegar a Finisterre, Décimo Junio Bruto, uno de los conquistadores de Galicia, quedó aterrorizado, ante el espectáculo que se mostraba ante sus ojos.
En Finisterre se dan las más maravillosas puestas de Sol, que dejan asombradas a las personas que las presencian, y la zona es impactante para quien la visita. Yo, que suelo sentir vértigo, quedé impresionado vivamente.
Su costa es la morada de sirenas, (causantes de la muerte de muchos navegantes que se quedan hechizados con sus cantos), de duendes, hadas y elementales, así como de demonios y de endemoniados.
Por allí anduvo Noé, escapando de una gran catástrofe, el Diluvio Universal, refugiándose en Noya, (Noia), al finalizar su navegación de 150 días.
Es el Finisterre, el fin del mundo, el fin de la vida actual y el renacer a una nueva vida, de la mano de los dioses.
Es la antesala del Paraíso.
Es la Galicia Meiga.
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