Hoy quiero recordar con todos vosotros una película, que soy de los que piensa que ha sido de los pocos que la han visto, sobre todo porque cuando fui a uno de los antiguos cines de mi ciudad (hoy cerrado hace bastantes años) yo era la única persona que había en toda la sala, algo que me produjo al principio cierta alegría por tener todo el cine para mi solo y poco a poco se fue tornando en angustia y culpabilidad, porque hasta llegue a pensar… ¿El acomodador y el proyeccionista están aquí solo por culpa mía? Y otra de las razones es que no conozco a nadie que haya visto esta película.
El título de esta película era “El laberinto de Malcolm” fue dirigida en 1986 por Nadia Tass, era una producción australiana donde el cine de este país intentaba despuntar gracias al tirón cinematográfico de Paul Hogan, actor de la popular saga de “Cocodrilo Dundee”.
Trataba sobre un chico joven que trabajaba como mecánico y que tenía unas grandes dotes de inventor, pero ello le llevó al despido, por realizar cachibaches para todo uso (que casi nunca funcionaban) en su puesto de trabajo.
Por otro lado un ex-convicto que acaba de salir de la cárcel está planeando un golpe, pero aún no tiene decidido qué robar o a quién. El destino hace que Malcolm y este malhechor se crucen; el inventor es captado para ayudarle a preparar lo que él considera el robo del siglo, y obviamente se aprovechará de la inventiva del joven para llevar a cabo su plan.
No sé si alguno de vosotros habrá visto esta entretenida (y muy ochentera) película, pero por si acaso aquí os dejo un fragmento para que recordéis “El Laberinto de Malcolm”