ATARDECERES EN GRANADA
Y al caer la tarde, desde este mirador, lo que más fascina es la puesta de sol. Esas puestas de sol en Granada que dicen son las más bellas del mundo. ¿Tú las has visto alguna vez? Creo que no has visto nunca las puestas de sol en Granada y por eso esta tarde te la queremos contar. A ti y a otros en otras partes del mundo que seguro tampoco habrán visto estas puestas de sol. Pero hoy, desde el viejo mirador, alzados sobre Granada y lejos de su ruido y gente ¿cómo podríamos contarte esta belleza? Lo miro, acaricio su cabeza recostada sobre mis piernas y le digo: - Si nos viera ¿qué pensaría? Me dice: Mándale un mensaje y cuéntale lo que estamos viendo. Cojo el móvil y envío al ordenador el siguiente mensaje: Solo saludarte en la tarde. Ya me dirás si te gusta la foto que te mando con un atardecer en Granada. Dicen que en una ocasión estuvo en Granada el Presidente de los Estados Unidos. Y dicen que contempló una puesta de sol aquí y le impresionó tanto que exclamó: "Las puestas de sol de Granada son las más bellas del mundo." Desde entonces en Granada explotan esta frase pronunciada por un presidente americano porque resulta rentable. Pero la verdad es que tenía algo de razón. Son hermosas las puestas de sol en esta tierra. A lo lejos se pierde la vega. Por entre un horizonte velado y la figura de unas montañas lejanas. Más allá de esas montañas está la ciudad de Málaga y, un poco a la izquierda, el mar. Y por la vega que a lo lejos se pierde también se aleja el río cristalino que acaba de bajar de las cumbres de Sierra Nevada. Es el Genil que desde aquí solo lo adivinamos. Y por donde se pierde el río se dibuja la silueta de las montañas y entre celajes se desvanece la amplia vega. Por ese mundo lejano y misterioso se oculta el sol. Como si fuera un mar gigante que arde en llamas hasta prender fuego a las nubes. Porque por encima de la vega, el río cristalino, la silueta de montañas y el prado de casas blancas de los pueblos y la ciudad, las nubes se amontonan contra la tarde que cae. Y todas estas nubes prendidas en fuego por el fuego del sol que se oculta, por el cielo se vienen vega arriba como si quisieran arropar a Granada, las montañas que le rodean, a nosotros sobre el mirador de este cerro y a los ríos que por nuestra izquierda corren. Desde donde estamos, la ciudad empieza a nuestros pies: la ladera de las cuevas y la hierba, el barrio del Albaicín, el corazón de la ciudad algo más abajo y más al fondo aun y a los lados, los pueblos y ya al fondo total, la vega, que he dicho se pierde en el infinito. A nuestra izquierda y abajo, sobre el cerro cubierto de vegetación queda la Alhambra. Más a la izquierda y arriba se alza Sierra Nevada con el río Genil que desciende cantando y todavía un poco más a la izquierda y lejos, es por donde están las Alpujarras y el mar. No conocemos estos rincones y, sin embargo, estás por ahí y a lo mejor ahora mismo piensas en nosotros.
Atardeceres en Granada
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