INICIOS DEL ROMÁNICO EN ESPAÑA. EL ROMÁNICO CATALÁN
Introducción.
El románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII. Supone el arte cristiano agrupando las diferentes culturas que habían predominado en la temprana Edad Media como la romana – prerrománica, bizantina, germánica y árabe consiguiendo aunar características específicas a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una nación o región, sino que surge de forma paulatina y simultanea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países, tiene sus propias características, aunque cuenta con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional europeo.
Las reformas sociales y económicas, que propiciaron un gran crecimiento demográfico, así como las religiosas, que tuvieron lugar con la reforma monacal de Cluny, acompañaron a este movimiento artístico.
En España comenzó en Aragón (especialmente en la provincia de Huesca) y en Cataluña, que recibieron la influencia italiana (lombarda).
En sucesivas entregas dedicaremos un somero estudio al románico catalán, cuyo principal exponente se encuentra en el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña). Veremos pintura mural, pintura sobre tabla, talla en madera y escultura en piedra.
Todas las imágenes, que aparecen en el presente trabajo, las ha realizado el autor (con más o menos fortuna) en su visita al museo y los comentarios y notas, son recogidos de la información que adjunta el propio MNAC en la exposición museística.
En esta primera parte, nos centraremos en la pintura sobre tabla, para luego seguir, en otras sucesivas, con la talla en madera, la escultura en piedra y finalmente la pintura mural que adornaba el interior de los templos.
Primera Parte
PINTURA SOBRE TABLA. FRONTALES DE ALTAR
La pintura es generalizada en todas las obras en que se utilice la madera; pues todas las obras de imaginería que representan a Cristo y a la Virgen, como a las imágenes de los Descendimientos van pintadas con la finalidad de resaltar su fisonomía. En este apartado nos centraremos solamente en la pintura sobre un plano, de las que son exponentes los frontales de altar y los baldaquinos.
Para su exposición, seguiremos un orden cronológico; y tras la edición de la imagen, se corresponderá con la descripción de sus características y las notas pertinentes, si las hubiere. En total hemos recopilado ocho frontales de altar.
Nº 1. Frontal de altar de Esquius.
Características: Segundo cuarto del siglo XII. Temple y restos de hoja metálica corlada sobre tabla. Medidas: 123 x 88 x 1’6 cm. Procede de la iglesia del castillo de Santa María de Besora (Osona).
El exquisito cromatismo del taller de Ripoll domina esta obra, que tiene una inscripción y anotaciones al borde de la mandorla. Leemos (traducción): “Este es el Dios del Alfa y del Omega. Ven oh clemente y misericordioso con Tu piedad y afloja las cadenas de los miserables. Amen”.
Nº 2, Frontal de altar de la Seo de Urgel o de “Los Apóstoles”.
Características: Primera mitad del siglo XII. Pintura la temple sobre tabla. Medidas: 102 x 151 cm. Procede de una iglesia del obispado de la Seo de Urgel (Alto Urgel).
En este frontal, la Majestas Domini, se halla inscrita en una doble mandorla, característica frecuente en modelos de raíz carolingia. A ambos lados aparecen los Apóstoles en una composición triangular muy original. Esta pieza ilustra claramente alguno de los aspectos mas característicos del románico, como la simetría, la geometría formal o la perspectiva jerárquica.
Es una de las obras maestras de la colección de pintura sobre tabla del MNAC.
Nº 3. Frontal de altar de Durro.
Características: Mediados del siglo XII. Pintura al temple sobre tabla. Medidas 100 x 120 cm. Procede de la ermita de San Quirico y Santa Julita de Durro (Valle de Boí, Alto Ribagorza).
Las imágenes y las escenas alusivas a los santos ocupan un lugar importante en la iconografía del románico, en la medida en que sus vidas y martirios siguen el ejemplo de Jesucristo. Ya los Hechos de los Apóstoles se referían a San Esteban, el primer mártir. La consideración de los santos aumentó con el tiempo, de forma que su protagonismo fue creciendo. El frontal de altar de los santos Quirico y Julita de Durro es una muestra de dicha situación: las figuras entronizadas de los santos centran la pieza en un lugar normalmente reservado a Cristo en Majestad o a la Virgen con el Niño. Los laterales se dedican a la vida de los santos, con especial énfasis en los martirios. Esta temática se desarrollará con vigor durante el siglo XIII.
Nº 4. Frontal de altar de Santa María de Taüll.
Características: Segunda mitad del siglo Xll. Tallas en madera de pino policromadas al temple aplicadas al frontal (repintadas en 1579). Medidas 135 x 98 cm. Procede de la iglesia parroquial de santa María de Taüll (Valle de Boí, Alto Ribagorza).
Los frontales con tallas de madera aplicadas constituyen una modalidad importante junto con los pintados directamente sobre la tabla y también con la pintura al fresco.
En este frontal se representa a Cristo en Majestad, rodeado por el Tetramorfos en el centro y a los Apóstoles en los registros laterales. Este frontal es una muestra de las transformaciones sufridas por algunas obras románicas, ya que hay documentada una restauración en el año1579.
Nº 5. Frontal de altar de Aviá.
Características: Hacia 1170 – 1190. Pintura al temple sobre tabla con relieves de estuco y corladura. Medidas 105 x 176 cm. Procede de la iglesia parroquial de Santa María de Aviá (Berguedá).
Es una de las obras más representativas del arte del 1200 en Cataluña. Su estilo muestra la influencia bizantina del momento, explicable a través de la pintura y la miniatura inglesas.
Aquí se representa a la Virgen María con el Niño en el centro y escenas de la infancia de Jesús en los laterales. La escena del Nacimiento sigue, también, modelos bizantinos. Por otro lado, en la escena de la Presentación en el Templo, situada en el registro inferior derecho, el Niño aparece sobre el Altar, como prefiguración de su sacrificio.
Nota del Autor. CORLADURA: barniz que dado sobre una pieza plateada y bruñida, la hace parecer dorada.
Nº 6. Altar de San Román de Vila.
Características: Anónimo. Taller de Seo de Urgell del 1200. Primer tercio del siglo XIII. Relieves de estuco y restos de hoja metálica corlada sobre madera drapeada. Medidas: 112 x 123’5 x 8 cm. Pertenece a la decoración de un altar junto con dos laterales que se conservan en el MNAC. Proceden de la iglesia de San Román de Vila (Encamp, Andorra).
Nº 7. Frontal de altar de Cardet.
Características: Segunda mitad del siglo XIII. Pintura al temple sobre madera con relieves de estuco, antiguamente cubiertas de corladura. Medidas 96 x 160 cm. Procede de la iglesia parroquial de Santa María de Cardet (Valle de Boí, Alto Ribagorza).
Esta pieza está dedicada a María y a la infancia de Cristo. En el compartimiento central se representa a la Virgen con el Niño, rodeada por el Tetramorfos, María aparece coronada y, por tanto, es presentada como Reina de los Cielos; las flores de lis de la corona son un símbolo de castidad asociado a la Virgen. En los registros laterales se halla el ciclo de la infancia de Cristo con un arte muy narrativo.
El frontal del altar se atribuye al Taller del Ribagorza.
Nº 8. Frontal de altar de Chia.
Características: Segunda mitad del siglo XIII. Autor: Iohannes, del Taller del Ribagorza. Medidas: 100 x 146 x 8 cm. Pintura al temple con estuco antiguamente cubiertas de corladura. Procede de la iglesia de San Martín de Chia (Valle de Benasque, Alto Ribagorza, Huesca):
Las obras atribuidas al denominado Taller del Ribagorza (de localización imprecisa) forman uno de los grupos más homogéneos de la pintura del siglo XIII. A pesar de que una de ellas, “El frontal de altar de Chia”, contiene la firma del pintor, Juan (“Iohannes pintor me fecit”), puede observarse la mano de distintos autores entre las piezas. Dan personalidad al grupo los fondos y los marcos con relieve de estuco, que estaban recubiertos por finas láminas de plata o de estaño con corladura (barniz amarillo). Así como la riqueza de los efectos cromáticos. La iconografía se centra a menudo en los santos y adquiere un sentido más narrativo y anecdótico, que le acerca al gótico. Pertenecen igualmente a este grupo los frontales de altar de Cardet y de San Clemente de Tahüll.