MISTERIOS DEL MUNDO - LA SÁBANA SANTA . - LA HUIDA DEL MUNDANAL RUIDO .

En 1973 se determinó que en la sábana no había ni un solo indicio de putrefacción. Si la imagen hubiera sido el resultado de la aplicación a la tela de moléculas orgánicas bien de origen natural o artificial, el intenso calor producido por el incendio de Chambery hubiera modificado su color. Esto no sucedió. De hecho, incluso las zonas que estuvieron en contacto con las gotas de plata fundida ( el lienzo se guardaba en una arcón de plata , que se derritió en el incendio ) , conservan la misma tonalidad y densidad que el resto. De haber sido una falsificación, esas regiones aparecerían claramente alteradas y descoloridas.
En 1978 un grupo de científicos tuvo acceso a la Síndone, la mayor parte de los científicos del proyecto , pertenecían a la NASA. Los resultados fueron impresionantes.
En la imagen de la sábana se observaban numerosos coágulos, manchas y regueros de sangre. Nadie logró razonar porque esos coágulos aparecían intactos y definidos. Si aceptáramos la hipótesis de que el cadáver de ese hombre fue robado, esas manchas tendrían que haber sufrido las lógicas roturas.
Al introducir un escáner entre el lienzo y el forro cosido por las monjas de Chambery se observó que la sangre había penetrado en el reverso del lienzo. Aquella sangre fue analizada y se catalogó como del grupo AB, un tipo muy común entre los judíos. Además, las diferentes pruebas analíticas demostraron la presencia de sangre tanto venosa como arterial.
¿Qué falsificador de los siglos XIII o XIV tenía la capacidad para distinguir el grupo AB, o diferenciar entre la sangre venosa de la arterial?
Dos de los científicos del proyecto antes mencionado, Jackson y Jumper,

Sobre los ojos del rostro de la Sábana se podía observar dos círculos. Se trataba de monedas. Esa era la costumbre judía en los enterramientos próximos al sábado. Las letras que se apreciaban en los círculos decían “UCAI”, abreviatura idéntica a las que poseían los leptones; monedas de bronces acuñadas entre los años 29 al 32 por Poncio en la provincia romana de Judea. UCAI era parte de la leyenda Tiberius Caesaris, Tiberio Cesar, el emperador que gobernaba en el año 30, fecha de la muerte de Jesús de Nazaret.
Y llegaron las pruebas más fascinantes al explorar los hilos que componían la Sindone.
En este tipo de tejido cada hilillo está integrado por unas doscientas fibras. Vistas al microscopio parecen cañas de bambú. De esas doscientas fibras, sólo las dos o tres más superficiales aparecen chamuscadas. Es decir, tan sólo ésas son las responsables de la formación de la imagen. Desde un primer momento los investigadores atribuyeron el abrasamiento de las hebras superficiales a una misteriosa y desconocida radiación , una energía intensa y brevísima. Sólo así podría explicarse una imagen tan clara. Después de observar las fibras con el microscopio de contraste de fases, se percataron de que las fibras en realidad no habían sido quemadas sino deshidratadas, es decir oxidadas y envejecidas en centésimas de segundo. Se habían vuelto amarillentas igual que el lino con el paso del tiempo. Sin embargo, el resto de las fibras conservaban un color más claro, propias de un lino no envejecido.
Por lo tanto, la imagen del hombre tendría su origen en un singular mecanismo de envejecimiento.

Y Jackson y Jumper arrojaron algo más…

Al examinar la parte posterior del lienzo observaron que los músculos dorsales y deltoides aparecían extrañamente abombados, razón por la que los científicos dedujeron que en el momento en el que se formó la imagen, el cadáver debió permanecer inmóvil e ingrávido, es decir, en el aire , flotando o levitando .
Con todas estas pruebas científicas y argumentos se demuestra sobradamente la autenticidad de la Sábana Santa. Alguien o algo (?) hace dos mil años y en aquel sepulcro, manipuló el tiempo e hizo “desintegrar” al cadáver. Y fue una medida tan respetuosa como inteligente, ¿se imaginan lo que hubiera sucedido si la humanidad conservara los huesos de Jesús de Nazaret?
Pero aún queda una incógnita más. ¿Es el hombre reflejado en la Síndone Jesús de Nazaret?
Los especialistas en cálculo de probabilidad matemática están totalmente de acuerdo. Según Paul de Guille, ingeniero y jesuita francés, de que la probabilidad de que no sea Jesús de Nazaret es de una contra doscientos veinticinco mil millones ( 1/225.000.000.000 ) . Esta probabilidad es la misma que tiene una piedra de convertirse en pájaro y salir volando. Esta persona no pudo ser otra que Jesús de Nazaret.
Ahora muchos son los que tienen en mente una nueva y escalofriante posibilidad. Algún día la ciencia estará en condiciones de poder obtener una muestra de ADN de la sangre de la Sábana Santa. Momento en el que se podría asistir a la clonación del Maestro Jesús de Nazaret.
Y desde algún sector de la iglesia se escucha la advertencia de que algún día la gente podría comerciar con el cuerpo de Cristo, ¿será esa la razón por la que muchos intentan desmitificar la Sábana Santa? o ¿de reducirla a una falsificación de la edad media?