YPF Y LA GUERRA ECONÓMICA MUNDIAL. LA DEBILIDAD DE ESPAÑA. - LA HUIDA DEL MUNDANAL RUIDO .

Entre 1996 y 2004, José María Aznar convirtió a España en una potencia mundial. La 7ª en PIB y la 5ª Europa. Nuestros embajadores eran respetados, y nuestras Fuerzas Armadas tenían un prestigio internacional en todas las misiones de paz en las que participábamos, hasta el extremo de que en Afaganistán, británicos y estadounidenses iban a ...los campamentos españoles a comer con nuestros soldados, y también en las bélicas, como fue la toma de Perejil. Esta importante posición internacional fue aprovechada por nuestras empresas, para invertir en el resto del mundo, especialmente en Sudamérica, donde nos convertimos en el principal inversor internacional. La situación de España parecía encauzada, e incluso Gran Bretaña temía que España se convirtiera en el principal aliado de Estados Unidos en Europa. Sin embargo, esta auténtica Edad de Oro, la primera que teníamos desde los tiempos de Fernando VI, terminó el 11 de marzo de 2004. En esa fecha, un atentado todavía no explicado, y cuyos autores siguen sin conocerse, fue el detonante de un auténtico golpe de Estado total, cuyo objetivo no era sólo modificar la política interior española, sino también su posición internacional. A partir de ese momento, y de la mano de Zapatero, se produjo un basculamiento completo en la política exterior. Nos alejamos de nuestros amigos tradicionales, y nos inclinamos por los regímenes populistas sudamericanos y los llamados islamistas moderados, como el de Turquia. A la vez que esto ocurría, en el terreno internacional se producía una auténtica revolución, con la irrupción de China y el resto de los BRICS (Brasil, India, República Sudafricana). En estas circunstancias, ya muy negativas para España, estalló la crisis de 2008, que nos afectó especialmente por el peso del sector inmobiliario, y sobre todo por la incapacidad del gobierno para hacer frente a la misma. El resultado fue un país económicamente débil, y completamente insignificante en el terreno internacional, pero con importantes inversiones internacionales que constituían la joya de la Corona. Estas joyas son muy atractivas para los países emergentes, especialmente China, que ha puestos sus ojos en ellas. Y para conseguirlas, puede utilizar su enorme superavit comercial, de 300.000 millones de dólares, con las que puede lanzarse a una compra masiva de empresas españolas en América, previamente nacionalizadas por los respectivos gobiernos de la zona. YPF es el comienzo..., pero detrás irá el resto.