MADRID- Los continuos desplantes del Gobierno argentino en la nacionalización de YPF han dañado gravemente las relaciones diplomáticas entre ambos países hasta extremos desconocidos. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, envió en el mes de abril una carta a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para expresar la máxima preocupación del Ejecutivo con la presión que los distintos ministros argentinos estaban imprimiendo a la compañía petrolera hispano-argentina. Sin mediar respuesta ni réplica alguna a la carta remitida desde Moncloa, como ocurría desde el día 28 de febrero, fecha del último contacto directo con las autoridades de Buenos Aires, la presidenta argentina anunciaba el pasado 16 de abril su intención de remitir a su Congreso el proyecto de ley para expropiar YPF. Poco se conoce del contenido de la misiva que el Gobierno argentino nunca se dignó a contestar, pero el silencio de la Casa Rosada deja patente las tensas relaciones que, al parecer, le interesa mantener con una nación hermana como la española. Rajoy trataba en su carta de romper un clima de hostilidad que se arrastraba desde el 28 de febrero, cuando el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, pactó con los ministros de Economía y Planificación argentinos, Hernán Lorenzino y Julio de Vido, respectivamente, resolver las diferencias en mesas bilaterales de diálogo. Éstas nunca llegaron a formarse por el hermético silencio que se instaló en el Gobierno argentino desde entonces. Una hostilidad que quedó constatada durante la expulsión de los 15 ejecutivos españoles el día en que las fuerzas del orden argentinas tomaron al asalto la torre de YPF. Ejerciendo violencia física y bajo amenazas, los agentes armados dieron sólo cinco minutos a los directivos para recoger sus pertenencias bajo un clima de tensión y de hostigamiento. La cúpula de Repsol en YPF tuvo prácticamente que huir no sólo de la sede, sino de Buenos Aires.
Ofensiva de Exteriores vía embajadas
D. Mazón
La expropiación de YPF ha desatado una ofensiva diplomática de una intensidad mayúscula. En previsión de un desencuentro prolongado, Exteriores ha remitido a las 118 embajadas españolas un argumentario para defender la españolidad de YPF. El documento rebate uno por uno los argumentos esgrimidos por el Gobierno argentino para justificar la expropiación. Para empezar, que el Gobierno argentino nunca mostró objeción a las inversiones de YPF. La distribución de dividendos de la compañía hizo además viable la entrada de la familia Eskenazi, como querían los Kirchner. Por último, se recuerda que Repsol ha invertido 20.000 millones de dólares en Argentina.
http://www.larazon.es/noticia/4690-la-carta-que-rajoy-envio-a-cristina-y-que-ella-jamas-contesto