Freud, heredero del Quijote - José Cueli
El encuentro de Sigmund Freud con la obra cervantina tiene mucho de real y mucho de enigmático. Si bien hay datos respecto de su lectura del Quijote en castellano, creo que hay poco escrito del encuentro entre obras y personajes que trascendió al tiempo y al espacio dejando una marca indeleble en la historia de la cultura universal. Encuentro enigmático y trascendente que llega hasta nosotros en una lectura siempre nueva y abierta a múltiples sentidos.
Cervantes escribió su monumental obra del ingenioso hidalgo, en mi opinión, como una escritura al margen, en el margen, en las fronteras, en el exilio, en la exclusión, en la tierra de nadie, en la cordura y en la locura, en la razón y en la sinrazón, entre el delirio y la pasión; flotando entre el mundo real y el onírico, deslizándose en la vida-muerte; arropado bajo el cielo de una España que es sueño y verdad, sol y sombra.
Freud, por su parte, debió luchar en Viena contra la marginación que le fue impuesta por la comunidad científica y por el antisemitismo por haber osado inquietar el sueño de la humanidad, por haber herido el narcisismo de los hombres al enunciar que el hombre no era el amo en su propia casa.
Ambos, Freud y Cervantes, libraron intensas batallas, sin embargo ambas gestas resultaron heroicas y triunfales, cinceladas con amarras de eternidad. Ambas obras, en mi opinión, se encuentran inscritas en la deconstrucción.
En lo que se refiere al tiempo, tanto Freud como Cervantes supieron de la fugacidad del instante, y así, el nachtraglich, o futuro anterior freudiano, se presenta en la lectura de cada una de las andanzas del Quijote, y el relato parece deslizarse por los agujeros negros y los agujeros gusanos descritos por Hawking, en una nueva invención del tiempo. Al final de cuentas, como decía Montaigne, no somos más que intérpretes de interpretaciones.
Del exilio y las galeras emerge Alonso Quijano de la mágica pluma de Cervantes. El drama de Quijano se asemeja al drama de la existencia entendido a la luz de los conceptos freudianos; la vida-muerte es, en esencia, escritura interna -grafía, trazo abre barreras- que se encuentra crónicamente amenazado con la borradura.
Freud denuncia la trágica herida del hombre: el desamparo originario, la incesante búsqueda de aquello que se perdió, el desvalimiento y la incompletud que nos impele a soñar. Dolor originario que enuncia una herida, dolor que nos identifica con el otro, la necesidad de seguir soñando. ƑY no es el desvalimiento y la incompletud lo que conduce a Alonso Quijano a soñar? ƑNo será Dulcinea ese rencuentro con el alucinado objeto del deseo que se busca incesantemente, aun a sabiendas de que no se va a encontrar?
Realidad o encantamiento/ lo que cuenta aquí es soñar./ La verdad de la mentira juega con la eternidad/ a que la verdad es mentira y la mentira verdad.
1-FREUD , DON QUIJOTE Y EL PSICOANÁLISIS . LOS MOLINOS DE VIENTO DE TU MENTE . JORGE BRUCE
2-http://lite_sandra.lacoctelera.net/post/2012/01/30/freud-y-don-quijote-cervantes FREUD Y DON QUIJOTE DE CERVANTES