DOMINGO / 5 - 5 - 2019 . MANIFESTACIÓN DE JESÚS EN EL LAGO TIBERIADES .
--DOCUMENTAL : Jesús se aparece a siete de sus discípulos . *****https://www.youtube.com/watch?v=qFPW-Ctdgns
--MÚSICA : Testimonio Juan Luis Guerra
*****https://www.youtube.com/watch?v=GRVxYQwW5ek
No necesito pastillas para dormir
Si estás conmigo
Todos los sueños florecen
Cuando me hablas al oído
No necesito millones
Ni acorralar los corazones
Y sólo en tu cafetera
Todo el cielo enamorado se cuela
No necesito decirte 2,500 veces
Multiplicado por 7
Que te espero noche y día
Que me disculpen los sabios
Pero la sabiduría
Duerme detrás de tu oreja
Y no en Grecia
Como la historia creía
Abreme la noche y ven a ver
Cómo te puedo querer eternamente
Cúrame la sombra al caminar
Que se corre si no estás
No necesito violines
Pizzicatos en el pecho
Eres todo mi concierto
La más bella sinfonía
Que me disculpe el poeta
Pero toda la poesía
La encuentro sobre un madero
Y me verso con tus rodillas que riman
Abreme la noche y ven a ver
Cómo te puedo querer eternamente
Cúrame la sombra al caminar
Que se corre si no estás
Evangelio . Juan 21:1-19
1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera.
2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el
de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
3 Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También
nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella
noche no pescaron nada.
4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
5 Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.»
6 El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el
Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.
8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los
peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
10 Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.»
11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes:
ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
12 Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.
13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez.
14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan,
¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
16 Vuelve a
decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí,
Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.»
17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y
le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice
Jesús: «Apacienta mis ovejas.
18 «En verdad, en verdad te digo:
cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero
cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te
llevará adonde tú no quieras.»
19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»