DOMINGO / 31 - 5 - 2020 . PENTECOSTÉS . EL ESPÍRITU SANTO . VENII, SANCTE SPIRITU.
La obra manierista
del GRECO representa al Espíritu Santo descendiendo en forma de lenguas
de fuego sobre los apóstoles de Jesucristo. Realizada entre 1597 y 1600
durante su último periodo toledano. Se exhibe en una de las salas del
Museo Nacional del Prado en Madrid,
España. Pertenecía al conjunto pintado para el retablo de doña María de
Aragón ( María de Córdoba y Aragón, la mecenas que pagó las obras, dama
de la reina Ana de Austria e hija de don Álvaro de Córdoba, caballerizo
mayor de Felipe II ) .
Fiesta cristiana del quincuagésimo día del Tiempo de Pascua. Se trata
de una festividad que pone término a ese tiempo litúrgico y que
configura lsu culminación solemne . ES LA tercera fiesta más solemne
despues de la Navidad y la Pascua .
Se conmemora la llegada y
descesnso del Espíritu Santo sobre los apóstoles ( es representado
mediante una paloma o lenguas de fuego ... ) . El Espíritu Santo es
todo: el fuego de la fe, del amor, de la fuerza y de la vida .
PENTECOSTÉS = (del griego πεντηκοστή pentēkostḗ ‘quincuagésimo’ , 50 ) .
PARÁCLITO = ESPÍRITU SANTO . Significa defensor o ayudante . En el cristianismo, se refiere al Espíritu Santo.
Evangelio .Juan 20:19-23
19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando
cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se
encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les
dijo: «La paz con vosotros.».
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21 Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»
22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» .
-ORACIÓN . Espíritu Santo, mira mi vacío si Tú faltas, por eso te suplico vengas hacer en mi tu morada.
--HIMNO DEL ESPÍRITU SANTO .
EL HIMNO AL ESPIRITU SANTO
-VENI CREATOR SPIRITUS - SAN PEDRO DEL VATICANO
*****https://www.youtube.com/watch?v=SeNAmF-3510
-VENI CREATOR SPIRITUS - NôTRE DAME DE PARÍS
*****https://www.youtube.com/watch?v=gQGBMl_CGQI
Ven Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles,
Llena de gracia celestial
Los pechos que tu creaste.
Te llaman Paráclito,
Don de Dios altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.
Tú, don septenario,
Dedo de la diestra del Padre,
Por ]El prometido a los hombres
Con palabras solemnes.
Enciende luz a los sentidos
Infunde amor en los corazones,
Y las debilidades de nuestro cuerpo
Conviértelas en firme fortaleza.
Manda lejos al enemigo,
Y danos incesantemente la paz,
Para que con tu guía
Evitemos todo mal.
Danos a conocer al Padre,
Danos a conocer al Hijo
Y a Ti, Espíritu de ambos,
Creamos en todo tiempo.
Que la gloria sea para Dios Padre,
Y para el Hijo, de entre los muertos
Resucitado, y para el Paráclito,
Por los siglos de los siglos. AMÉN
--MEDITACIÓNN DEL PAPA .
Finalmente, el Evangelio de hoy nos entrega esta bellísima expresión:
"Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor". Estas
palabras son profundamente humanas. El Amigo perdido está presente de
nuevo, y quien antes estaba turbado se alegra. Pero dicen mucho más.
Porque el Amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la
noche de la muerte; ¡y la ha atravesado! No es uno cualquiera, sino que
es el Amigo y al mismo tiempo Aquel que es la Verdad y que hace vivir a
los hombres; y lo que da no es una alegría cualquiera, sino la propia
alegría, don del Espíritu Santo. Sí, es hermoso vivir porque soy amado, y
es la Verdad la que me ama. Se alegraron los discípulos, viendo al
Señor. Hoy, en Pentecostés, esta expresión está destinada también a
nosotros, porque en la fe podemos verle; en la fe Él viene entre
nosotros, y también a nosotros nos enseña las manos y el costado, y
nosotros nos alegramos. Por ello queremos rezar: ¡Señor, muéstrate!
Haznos el don de tu presencia y tendremos el don más bello, tu alegría.
Amén. Benedicto XVI, 12 de junio de 2011.
--REFLEXIÓN .
En
cierta ocasión se encontraba una maestra en clase de religión con sus
alumnos de tercero de primaria. Y les pregunta: - "Quién de ustedes me
sabe decir quién es la Santísima Trinidad?" Y uno de los niños, el más
despierto, grita: - "¡Yo, maestra! La Santísima Trinidad son el Padre,
el Hijo ¡y... la Paloma!"
Para cuántos de nosotros el Espíritu
Santo es precisamente eso:¡una paloma! De esa forma descendió sobre
Cristo el día de su bautismo en el Jordán y así se le ha representado
muchas veces en el arte sagrado. Pero ¡el Espíritu Santo no es una
paloma! ¿Cómo se puede tener un trato humano, profundo y personal con un
animalito irracional? La paloma es, a lo mucho, un bello símbolo de la
paz, y nada más. Y, sin embargo, el Espíritu Santo es la tercera Persona
de la Trinidad Santísima y Dios verdadero.
En la solemnidad de
hoy celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles el día
de Pentecostés. Pero en las lecturas de la Misa de hoy nos volvemos a
encontrar con la misma dificultad de antes: el problema del lenguaje. En
el pasaje de los Hechos de los Apóstoles se nos narra que el Espíritu
Santo bajó del cielo "en forma de un viento impetuoso que soplaba".
¡Otra imagen! Como el viento que mandó Dios sobre el Mar Rojo para
secarlo y hacer pasar a los israelitas por en medio del mar,
liberándolos de la esclavitud del faraón y de Egipto (Ex 14, 21-31); o
como ese viento que el mismo Dios hizo soplar sobre un montón de huesos
áridos para traerlos a la vida, según nos refiere el profeta Ezequiel
(Ez 37, 1-14). El mismo Cristo en el Evangelio de hoy usa también la
imagen del viento para hablarnos del Espíritu Santo: "Jesús sopló sobre
ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo". La misma palabra espíritu
significa, etimológicamente, viento: procede del latín, spíritus (del
verbo spiro, es decir soplar). El vocablo hebreo, ruah, tiene el mismo
significado. Y la palabra latina que se usaba para decir alma era ánima,
que a su vez viene del griego ánemos, viento.
El libro del
Génesis nos narra que, cuando Dios creó al hombre modelándolo del barro,
"le sopló en las narices y así se convirtió en un ser vivo" (Gén 2,7).
Por eso también Cristo, como el Padre, sopla su Espíritu sobre sus
apóstoles para transmitirles la vida. Sin el aliento
vital nada
existe. Así como el cuerpo sin el alma es un cadáver, el hombre sin el
Espíritu Santo está muerto y se corrompe. Por eso, en la profesión de
fe, decimos que "creemos en el Espíritu Santo, que es Señor y Dador de
vida". ¿Y cómo nos comunica esa vida? Cristo lo dice a continuación: "a
quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados..." Es la vida
de la gracia santificante, que producen los sacramentos: el bautismo, la
confesión, la Eucaristía y los otros cuatro. Él es el Espíritu
Santificador, que da vida, alienta todo y "anima" todo. Es esto lo que
Cristo nos quiere significar con esta imagen del viento.
En la
Sagrada Escritura se nos habla del Espíritu Santo a través de muchas
otras imágenes, dada nuestra pobre inteligencia humana, incapaz de
abarcar y de penetrar en el misterio infinito de Dios. En la primera
lectura misma que acabamos de referir, se nos dice que descendió "como
lenguas de fuego" que se posaban sobre cada uno de los discípulos.
La imagen del fuego es también riquísima a lo largo de toda la Biblia.
Es el símbolo de la luz, del calor, de la energía cósmica, de la fuerza.
El Espíritu Santo es todo eso: el fuego de la fe, del amor, de la
fuerza y de la vida.
Pero, además de las mil representaciones, el
Espíritu Santo es, sobre todo, DIOS. Es Persona divina, como el Padre y
el Hijo. Es el Dios-Amor en Persona, que une al Padre y al Hijo en la
intimidad de su vida divina por el vínculo del amor, que es Él mismo.
Vive dentro de nosotros, como el mismo Cristo nos aseguró: "Si alguno me
ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a hacer en él
nuestra morada" (Jn 14,23).
Podemos decir que una persona que
amamos vive dentro de nosotros por el amor. Y si esto es posible en el
amor humano, con mucha mayor razón lo es para Dios. El Espíritu Santo y
la Trinidad Santísima viven dentro de nosotros por el amor, la fe, la
vida de gracia, los sacramentos y las virtudes cristianas. El "dulce
Huésped del alma" es otro de sus nombres; y san Pablo nos recuerda: "¿No
saben que son templos de Dios y que el Espíritu Santo habita dentro de
ustedes?" (I Cor 3,16).
Podríamos decir tantísimas cosas del
Espíritu Santo y nunca acabaríamos. Pero lo más importante no es saber
mucho, sino dejar que Él viva realmente dentro de nosotros. Y esto será
posible sólo si le dejamos cabida en nuestro corazón a través de la
gracia santificante: donde reina el pecado no hay vida. Es imposible que
convivan juntos el día y la noche, o la vida y la muerte. Dios vivirá
en nosotros en la medida en que desterremos el pecado y los vicios para
que Él verdaderamente sea el único Señor de nuestra existencia. ¿Por qué
no comienzas ya desde este mismo momento?
( El Espíritu Santo sobre los apóstoles - Por: P. Sergio Cordova LC | Fuente: Catholic.net : * http://es.catholic.net/…/el-espritu-santo-sobre-los-apstole… ) .
FELIZ DOMINGO DE PENTECOSTÉS A TODOS . HOY ES UN DÍA SOLEMNE FESTIVO TAMBIÉN EN PAISES NÓRDICOS , COMO SUECIA Y NORUEGA .