Una amplia movilización de militares y agentes de Policía y Tránsito aisló el área en que fue hallado el artefacto, que fue retirado sin incidentes.

Minutos después de las 9:30, Bernardo Tavares, un vendedor de “Muebles Santuario”, llegó al local ubicado en la Miguel Alemán, casi esquina con Álvaro Obregón.

Tavares abrió la cortina del negocio, desactivó la alarma y entró al baño; cuando salió recorrió la mueblería y vio el artefacto, tirado en el piso y cerca de la cortina que da a la calle.

“Es un artefacto larguito, plateado y todo encintado, con unos cables amarillos”, contó Bernardo más tarde.

Diez minutos después, el vendedor señaló el artefacto a unos policías que pasaban, quienes pidieron refuerzos.

A las 9:45, el subsecretario de Seguridad Pública Javier Barros Guasso y varios agentes policiacos llegaron al lugar y observaron el supuesto explosivo.

De inmediato retiraron a comerciantes ambulantes, cerraron el paso a los peatones y bloquearon la circulación de vehículos, una medida que acabó extendiéndose varias cuadras a la redonda.

Los comerciantes de locales contiguos bajaron las cortinas de sus negocios y se retiraron.

Agentes de Tránsito cerraron Álvaro Obregón desde Aquiles Serdán hasta el Santuario de Guadalupe y Miguel Alemán, hasta el bulevar Adolfo López Mateos.

Policías formaron barreras en las esquinas y elementos del Grupo Especial Táctico (GET) resguardaron la zona.

Agentes de Protección Civil y bomberos estuvieron alertas por si se requería su apoyo. Las orugas y los camiones fueron desviados del área.

Cerca de las 9:54, alrededor de 800 niños de la escuela primaria Eufrasia Pantoja, ubicada a menos de 40 metros de donde se encontró el artefacto, fueron desalojados.

“No nos dijeron nada, nosotros empezamos a ver que había movimiento y no sabíamos qué estaba pasando, les preguntamos a los policías y nos dijeron que sí era necesario evacuar y por seguridad sacamos a los niños”, contó Ana Rosa Contreras, auxiliar de la dirección.

A las 10:05, llegó a resguardar el área una unidad con militares del cuartel de León.

Elementos del Ejército, Policía Preventiva, Tránsito Municipal y Protección Civil resguardaron la zona por tres horas.

Comerciantes, empleados, transeúntes y curiosos se preguntaban el porqué de tan larga espera.

A las 12:58, llegaron elementos de la Decimosexta Zona Militar en tres camionetas, una de ellas con la unidad blindada para desactivar bombas.

En menos de cuatro minutos, levantaron el artefacto y lo trasladaron.

A la 1:14, la zona volvió a la normalidad.

‘Estallan’… contradicciones

Las autoridades dieron tres versiones distintas acerca de la naturaleza del artefacto encontrado ayer.

La secretaria de Seguridad Pública en el municipio, María Guadalupe Anguiano, sostuvo a mediodía que sí se trataba de un explosivo.

“Es un artefacto explosivo, al parecer de las características similares a los anteriores que se encontraron hace 15 días (en Plaza Obelisco), se tomaron las medidas de precaución, se evacuó el área, se tuvieron que cerrar algunos negocios, se tuvo la intervención de la Decimosexta Zona Militar con el material y personal capacitado para llevarse el artefacto”, dijo la militar, entrevistada tras una reunión del Consejo de Seguridad que se realizó en Presidencia Municipal.

Por la tarde, la Procuraduría General de la República anunció el inicio de la averiguación previa 5116-2010, en relación con los hechos ocurridos en el Centro.

Sin embargo, una versión extraoficial señaló que la Secretaría de la Defensa había establecido que el aparato descubierto en la mueblería no contenía explosivo alguno.

Pero otra fuente de seguridad pública señaló –también de manera extraoficial- que el artefacto había sido incluso detonado en el Centro de Formación Policial.

Explicó que había sido un estallido muy ligero, inducido mediante un detonante.