“Banal, discusión sobre estado laico”

Foto: Jesùs Quintanar/Archivo

Don Carlos Marín, director general editorial Milenio Diario

Estimado Carlos:

Saliendo de la Misa de la Basílica del día primero tuve la mala suerte, por lo visto, de topar con muchos de tus colegas y algunos de tus colaboradores, y a pesar de que les dije que a periodicazos sólo se matan las moscas, de entonces para acá, lo único que me han llovido son periodicazos, como no soy mosca, no me han servido para mucho, algunos son insultantes, otros hirientes y casi todos molestos.

Todo empezó cuando tus colegas me preguntaron si nosotros respetábamos el estado laico, a lo cual yo respondí que esa pregunta: Dios me lo perdoné, era una… (jalada: nota de la Redacción). Como esta palabra de los puntos suspensivos molestó a castos oídos, que ciertamente la asocian con actos de lujuria y no comprenden que es una expresión coloquial del pueblo, a quien yo me dirijo siempre, de antemano pido una disculpa por aquellos que fueron escandalizados por ella, y la voy a cambiar por la palabra “banalidad”, pues se me hace que la discusión de sí nosotros respetamos o no respetamos el estado laico es una discusión totalmente banal. Sigo insistiendo, con el respeto que me merecen maestros como Gabino Fraga, como Planeol, y como los grandes juristas que existieron y que han existido en México, que el estado laico no existe.

Don Pablo Gómez dice que mi expresión es arcaica, que es producto de mi ignorancia, porque es una definición del siglo XVIII, yo creo que más antigua que ésa, pues viene del tiempo de Aristóteles, es la definición del hombre como animal racional, y sin hacer alusión a nadie creo que algunos tienen más de una parte que de la otra, sin embargo, a pesar de que data de tantos años, la definición sigue siendo correcta, el hombre es un animal racional. De la misma forma la definición de Estado, que solamente ha declarado arcaica por don Pablo Gómez, es la siguiente: El Estado está formado por pueblo, territorio y poder. Como este sigue siendo un hecho, a pesar de que el senador Gómez diga lo contrario, y habiendo consultado a varios juristas en estos últimos días, en que he sido atacado y vilipendiado, los cuales me dijeron que estaba yo en lo correcto, entonces sigo sosteniendo que el pueblo no es laico, que el territorio tampoco es laico y que el poder en México es laico.

La senadora María de los Ángeles Moreno me hace ver que en varios artículos de la constitución se refieren a la laicidad de las instituciones del gobierno, como la educación que tiene que ser laica, etc, etc. Yo estoy plenamente de acuerdo con ella, yo creo y le doy gracias a Dios que tenemos un gobierno laico, nada me daría más miedo que tener un gobierno manejado por religiosos de cualquier religión, sería un gobierno fanático y probablemente un gobierno intransigente y dictatorial, cito como ejemplo a Irán en los tiempos del Ayatola. Me extraña mucho que expresándome así el señor Elio Masferrer, que se dice presidente de la Asociación Latinoamérica para el Estudio de las Religiones indicó: que Cepeda se da el lujo de hablar del estado laico en forma irónica, insultante y grosera porque los jerarcas gozan de fueros, nadie se atreve con ellos, se consideran intocables; y prácticamente dice que la iglesia es la que fija las reglas en este país. Yo jamás he pensado eso y creo que este señor a pesar de todos sus títulos está haciendo unas declaraciones aberrantes, pues salen del contexto de mis declaraciones para expresar el contexto de su corazón.

Por otro lado, el diputado Moreira, presidente de la Comisión de Derechos Humanos, violando mis derechos, se expresa de mí como un lépero, quiero aclararle que yo que soy amigo de su hermano el gobernador, a quien le he escuchado palabras altisonantes más fuertes que la que yo dije, y nunca lo he considerado un lépero, sino una persona de valía, es una lástima que en la familia no todos sean iguales. El senador panista Gustavo Madero aseguró que el estado laico es un patrimonio de todos los mexicanos, yo corregiría diciendo que el gobierno laico que rige nuestro estado, es una patrimonio de todos los mexicanos, que ha permitido modernizar la relación con las iglesias y ha dejado muy claro cuál es la facultad de cada quién.

Termino este pequeño artículo Carlos, diciéndote que creó profundamente en la laicidad del gobierno mexicano, de sus instituciones y de los tres poderes que son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que me alegro que así sea; que mi familia, dentro de los cuales estaban los Madero y los Villareal, que le dieron todo a la Revolución, hasta su vida, y no que tomaron de ella, lucharon por estos principios y por estos ideales que yo profundamente respeto. Me apena en el futuro no poder usar frases coloquiales por miedo al escándalo pusilorum y tenga que usar palabras que ni el pueblo ni alguna parte de la Cámara entienda, pero así es nuestro México. Sé que esta carta a ti va a provocar en Jairo vulgaridades más grandes que las que ya dijo y caricaturas más grotescas que las que ya hizo, y que yo le perdono, porque si no se los perdonara dejaría de ser católico, pero me expongo a ello en razón de aclarar mi verdad.

En la democracia en la cual todos creemos, se nos exige respetar la libertad de los demás; hacer y decir lo que quieran dentro de la ley; yo exijo para mí persona los mismos derechos sin creer que tengo ningún fuero especial, salvo el derecho que Dios y la ley me han dado a expresarme libremente.

Tu amigo.
Onésimo Cepeda Silva, primer Obispo de Ecatepec