Como se vislumbraba, el conservador Mariano Rajoy se impuso con un margen abrumador en las elecciones de España, al obtener el 44,5 por ciento de los votos. De esta forma, el Partido Popular (PP) consiguió la mayoría de 186 bancas en Diputados, contra 110 del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del saliente jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, quien abandona el poder con el país sumido en una profunda crisis económica.
Se trata del mejor resultado del PP en toda su historia, tras los 183 escaños logrados por el ex presidente José María Aznar en las elecciones de 2000. El triunfo popular vino acompañado de una debacle sin precedentes del PSOE, que con apenas un 28 por ciento de los votos cosechó su peor resultado en la era democrática, inaugurada tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
“España está en un momento decisivo”, afirmó Rajoy, ganador en su tercer intento por llegar al gobierno, y anticipó que luchará contra “el paro (el desempleo), la deuda excesiva, y todo aquello que provoque el estancamiento”, en sintonía con sus discursos de campaña, proclives al ajuste. “Para nadie es un secreto que vamos a gobernar en la situación más delicada de los últimos 30 años, pero tenemos el compromiso de asumir para darlo todo con todos”, añadió el mandatario electo.
Desde el PSOE, a su vez, el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba reconoció la derrota. “Los ciudadanos han decidido que los socialistas pasemos a liderar la oposición y así lo vamos a hacer”, afirmó al tiempo que enviaba sus congratulaciones a Rajoy.
Hasta hace pocos meses, Rubalcaba, vicepresidente y ministro del Interior del Gobierno de Rodríguez Zapatero, fue proclamado candidato cuando las encuestas preelectorales daban ya una holgada victoria al PP para estos comicios, anticipados en cuatro meses.
A dar la cara. Mariano Rajoy no sería investido hasta cerca del 20 de diciembre, pero antes se espera que el político de 56 años, un cauto ex ministro del Interior, intente calmar a los mercados dando a conocer los aspectos básicos de cómo planea reducir el déficit público y reformar la economía para hacerla competitiva a mediano plazo.
La situación actual es apremiante, con cinco millones de desempleados y un riesgo país que supera los récords y pone a España en la misma situación de Grecia, Irlanda y Portugal cuando pidieron el rescate económico a la Unión Europea y al FMI.