Amor prohibido
Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente al cambiar un saludo ceremonioso y frío, porque nadie sospecha que es falso tu desvío, ni cuánto amor esconde tu gesto indiferente.
Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente relatando la intriga de un fugaz amorío; y tú apenas me escuchas, y yo no te sonrío. Y aún nos arde en los labios, algún beso reciente.
Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente germinando en la sombra de este surco vacío, porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así son dos orillas tu corazón y el mío, pues, aunque las separa la de un río, por debajo del río se unen secretamente.
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