Cuando el dependiente le entregó una inmensa bola de algodón,
el padre le preguntó:
«Cariño,¿estás segura que puedes comértelo todo?
»«No te preocupes, papá» le respondió ella.
«Soy mucho más grande por dentro que por fuera».
En su ingenuidad esta niña dijo una gran verdad.
Por dentro somos más grandes que por fuera.
Por dentro somos tan grandes que la misma Biblia dice
que el mismo Espiritu Santo mora en nosotros.
Podemos imaginar eso?
El Espíritu Santo morando dentro de nosotros.