Mi Gente Bella...
Las palabras tienen vida propia.
Nombran la realidad y se apropian de ella, la llenan de matices,
de luces y de sombras.
Se pronuncian, se escriben, se piensan. Se enlazan unas a
otras formando tejidos únicos e irrepetibles.
Sus combinaciones son un caleidoscopio
inabarcable.
Recordemos que el lenguaje
afecta a los demas y a nuestra propia vida.
Una sola palabra puede tener el efecto de
una caricia o dejar una cicatriz.
Que la sabiduria de Dios los guíe y se
manifiesta abiertamente en los demás.
Irmelena...
|