Mi Gente Bella...
A tan solo unas semanitas de la noche de Navidad,
ya se ve, se huele y se siente la Navidad por todos los lados.
Las calles ya encendieron las luces y se vistieron de los
colores propios de la temporada.
Renos, Papá Noel, ángeles y estrellas se mueven, emiten
sonidos, y dan un nuevo brillo a la decoración
despertándonos para la Navidad, como si de una alarma
se tratara.
Navidad tiempo de paz, amor, sinceridad, cambios,
alegría, comunicación, tiempo de amar, de cantar, de
bailar, de decisiones positivas, tiempo de perdonar y
olvidar, de visitar y de saludar.
Esta fiesta es momento de paz, unión y perdón
donde se refuerzan los lazos familiares que a
veces se ven algo postergados por las actividades
cotidianas y la agotadora rutina en la vida, que
para todos se ha tornado más complicada.
Pero a pesar de tener distintas actividades y la
agenda copada todo el año, debemos hacer un alto
para pasar la Navidad en familia y con amigos.
Vamos a comenzar las fiestas navideñas abrièndole
la puerta a este invitado tan especial. No temamos
abrirle la puerta y recibàmoslo sin expectativas.
El sabrà orientarnos, sin equivocarse y nos traerà
regalos que no podremos encontrar en ningun lugar
del mundo. Por lo tanto, en esta Navidad cierra las
puertas a todo sacrificio estèril, a la culpa, al
miedo, a la escasez y demos paso a lo ùnico que
tiene sentido a nuestra vida, a ese regalo que Dios nos
otorgò y del cual derivan sus existencia todas las
cosas el... AMOR.
Que de lo Alto, les llueva infinidades de bendiciones
y que disfruten unas maravillosas fiestas.
Irmelena...