¡NO TE OLVIDARÉ!
Créeme; por ser el tiempo
en la inmensidad del día,
simple transparencia
de todo por tu causa,
Lo ligero del viento
en que camina la palabra;
sutil danza de los recuerdos
de edades pasadas,
El claro vespertino de aquel momento, al tomar tu mano;
Y la candidez del paso
en que te he extraviado.
La luz del astro sol iluminó mi rostro,
Y en mis labios hubo la caricia
de una lágrima;
Las hojas de los árboles
perdían su fuerza,
Algunas otras caían
hasta el suelo con tal rudeza,
Que parecían acompañarme
en la tristeza.
Créeme; el tenue rumor de tu estancia,
Es la elegancia del amor entretejido;
Resurrección y muerte,
creados en olvido;
Una marcha del aire sobre los oídos,
El jirón azul del agua
y el cielo marinos.
Pudo ser la ensoñación
dictando las palabras;
Distanciando los minutos
por la senda del camino;
Relatando en la memoria
una historia franca,
Donde nuestros sentimientos
nacientes, quedaron confundidos;
Y sin embargo...
¡Créeme! ¡No te olvido!.
d/a.