Sólo cuando estás bien contigo puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar tu relación con los demás.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie dá, lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te dará la paz que tú no crees en tu interior.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú no construyas.
Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.
Sólo se podrá ser feliz cuando las personas felices comparten su felicidad, no para buscar la felicidad propia, sinó la de los demás.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otras personas nos hagan felices y llenen todas nuestras expectativas es una fantasía que solo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho, da de ese amor que Dios puso en tu corazón eso te hará sentir bien.