Realmente catastrófico lo que sucedió y sigue sucediendo porque no ha parado de
temblar y los muerto siguen creciendo en numeros y aun está latente el peligro y el
miedo de nuevas desgracias.
Sólo nos toca a los que nos encontramos al otro lado del mundo encomendarlos
diariamente en nuestras oraciones para que Dios en su infinito amor calme el embate
de la naturaleza y les de un respiro para que puedan comenzar la reconstrucción de
su Japón como de sus vidas.
Bendiciones en abundancia para todos ustedes.
Irmelena...