Navego por el mar de la agonía
en la barca de amor desarbolada.
Llevo el lastre de la ilusión tardía,
mi esperanza es como ancla abandonada
Me dirijo hacia exóticos lugares,
inexplorados, vírgenes, frondosos,
en busca de agua pura en otros mares
donde existan los días venturosos.
Transporto mi pasado en mi equipaje,
el recuerdo de dolorosa historia,
me requema en el pecho su tatuaje,
ofusca mi razón y mi memoria.
Arribo a un puerto blanco, iluminado,
confío renacer en su paisaje...
mi pesado baúl es descargado
y persiste el dolor de aquel tatuaje.