Siempre regresas.
Para ti no hay tiempo
ni tiene oscuros límites la tierra.
Siempre vuelves.
Y siempre estoy aquí,
esperando tus manos,
llenándome de sueños
como de lluvia un árbol.
No hay nada diferente.
Todo es igual y puro cuando vuelves.
No han pasado los días
ni he sufrido.
Estoy sola,
con el corazón limpio
como una fuente nueva.
Tengo otra vez palabras
y caminos
y contigo regresan las
brisa y las estrellas.
Regresan las campanas y
los pájaros,
me devuelves la música,
el murmullo de los ríos lejanos,
la claridad del monte,
la perfecta verdad de que te amo.