Cómo distinguir a la gente que no sabe comer Elegir lo que uno come no solo es una cuestión de presupuesto. Aprendamos a reconocer a los pecadores que tomaron el camino equivocado.
EL ANIMAL Para el animal, ir a comer afuera o cocinar es una actividad estúpida y aburrida. Prefiere cenar en casa, porque puede ver la tele y estar en patas en el sillón. No come nada raro (ni vegetales, ni pescados, ni comida de otro país), no puede reconocer una milanesa frita de una al horno, no soporta el pan integral, no sabe la diferencia entre una acelga y una lechuga, y para lo único que va al supermercado es para ir a la fiambrería.
EL GOURMET BARRIAL El gourmet barrial es un cocinero hacendoso y dedicado, con poca educación culinaria y un paladar arruinado por la mayonesa. Su universidad es el canal Utilísima Satelital, de donde copia morbosos engendros preparados enteramente adentro del microondas. Para él, esmerarse en la cocina es hacer un pionono primavera y postre Royal con vainillas.
EL GRASA OLMEDO El grasa Olmedo quedó varado en el tiempo. Para él, lo más importante es que un plato “sea fino”. De hecho, todavía cree que las carnes “al champignon”, el melón con jamón crudo, las papas noisette, o los panqueques flambeados son símbolos de status. Adora los tragos con helado (mucho Don Pedro, mucho Lemonchamp), la ensalada waldorf, las supremas a la “algo”; los sándwiches de miga y los canapés (todavía maneja el concepto “canapé” y “petit four”), la comida de los clubes de tenis y hoteles de la costa y, por sobre todas las cosas, los platos “al roquefort” porque quedan “elegantes”.
EL GOURMET OUTLET A diferencia de los anteriores, el gourmet outlet cree que está un paso adelante del resto. Sin embargo, su aprendizaje es torpe y lento. Llega 3 o 4 años tarde a todos los productos y tendencias. En este momento está descubriendo la rúcula y los frutos rojos, y cuenta en familia, orgulloso, cada vez que come sushi, como si hubiese cenado seso de mono. Está empezando a decir palabras como "coulis" o "croute" pero todavía no puede improvisar cuando cocina. Sale a comer a Las Cañitas, a lugares que se pusieron de moda a principio de esta década. Cuando quiere jugar al chef se compra una mostaza de Dijón y no le confiesa a nadie que le siente gusto a pintura, o mira "Escuela de Cocina" en la tele y prueba con recetas que siempre involucran pechuguitas selladas en una sartén.
EL GOURMET JUMBO El gourmet de Jumbo está convencido de que está en la vanguardia gastronómica pero vive a Sibarita con cerveza. Va a cenar afuera a lugares que están de moda pero jamás descubre nada verdaderamente nuevo: prácticamente vive en Olsen comiendo brunch. Cualquier restaurante fuera del circuito Palermo-Recoleta le parece el fin del mundo. Consume mucha Guía Oleo, mucho canal El Gourmet y se anima a probar algunas cosas preguntándole al mozo qué son. Le gustan los sándwiches raros, las papas con cáscara, los bagels, Starbucks, los smoothies, y la cocina fusión. Alguna vez fue a comprar
|