Mi Gente Bella...
Nuestra puntualidad se construye por el
esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
Ella es la disciplina para estar a tiempo y cumplir
nuestras obligaciones ya sea una cita de trabajo,
una reunión de amigos, un compromiso de la
oficina, un trabajo pendiente por entregar y
otras tantas.
La puntualidad es necesario para dotar a
nuestra personalidad de carácter, orden
y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud
estamos en condiciones de realizar más actividades,
desempeñar mejor nuestro trabajo y ser
merecedores de confianza.
Para ser puntual primeramente debemos ser
conscientes que toda persona, evento,
reunión, actividad o cita tiene un grado particular
de importancia. Nuestra palabra debería ser el
sinónimo de garantía para que puedan contar con
nuestra presencia en el momento preciso y
necesario.
Un factor que obstaculiza la vivencia de este
valor, y es poco visible,se da precisamente
en nuestro interior porque el tiempo pasa tan
de prisa, que cuando "despertamos" y por
equivocación observamos la hora, es
poco lo que se puede hacer para remediar
el descuido.
Un aspecto importante de la puntualidad, es
concentrarse en la actividad que estamos
realizando, procurando mantener nuestra atención
para no divagar y aprovechar mejor el tiempo.
Para corregir la impuntualidad, es de gran utilidad
programar la alarma de nuestro reloj o
computadora, pedirle a un familiar o compañero
que nos recuerde la hora (algunas veces para
no ser molesto y dependiente), porque es
necesario poner un remedio inmediato, de otra
forma, es imposible.
Lo más grave de todo esto, es encontrar a personas
que sienten "distinguirse" por su impuntualidad,
llegar tarde es una forma de llamar la atención.
Estas y otras actitudes son el reflejo del poco
respeto.
Para la persona impuntual los pretextos y
justificaciones están agotados, nadie cree
en ellos.
Cada vez que alguien se retrasa de forma
extraordinaria, llama la atención.
En cambio si somos puntuales
demostramos credibilidad por la responsabilidad,
constancia, sinceridad y aprecio que sentimos por
las personas, su tiempo y sus actividades.
La cuestión no es decir "quiero ser puntual desde
mañana", lo cual sería retrasar una vez más
algo, es hoy, en este momento y poniendo los
medios que hagan falta para lograrlo como una
agenda, un recordatorios o una alarma.
Hay que examínarnos y descubrir las causas de
nuestra impuntualidad que pueden ser pereza,
desorden, irresponsabilidad u olvido.
Debemos establecer un medio adecuado para solucionar
la causa principal de nuestra impuntualidad
(recordando que se necesita voluntad y sacrificio).
Reducir distracciones y descansos a lo largo del día;
levantarse más temprano para terminar nuestro
arreglo personal con tiempo.
Elaborar por escrito el horario y plan de actividades
del día siguiente. Si tenemos muchas cosas que
atender organicemos para los siguientes siete días.
En lo sucesivo será más fácil incluir otros eventos y
podrémos calcular mejor las posibilidades de
cumplir con todo. Recordemos que con voluntad
y sacrificio, lograráremos los propósitos.
Hay que establecer de manera correcta las
prioridades y dales el lugar adecuado, muy
especialmente si tenemos que hacer algo importante
aunque no nos guste.
Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle
a los demás la vida más agradable, mejora nuestro
orden y nos convierte en personas digna de confianza.
Que Dios derrame abundantes bendiciones cada
dia de sus vidas para que alcancen la mayoria
de sus sueños y anhelos.
Irmelena...
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