Del fino amanecer
Hermoso el visitante, descubridor de grutas misteriosas y amigo de mi frente. Me contó su aventura con las olas; su pacto con la tierra; quiso evocar edades ya borradas, nombres que fortalecen, y anunciando la noche más difícil dijo: 'busca el lucero'. (Se iba por la distancia...regresaba... y a veces largo rato era mi huésped).
Un día en que los dos -tierra en el aire- mirábamos formarse entre las nubes bailarines fugaces y rebaños de ovejas, me entregó bellamente algo sagrado: lo que colmó de alas mi despertar interno.
'Cuando venga el amor-me fue explicando- recíbelo con sueltas tempestades y todo el corazón de tu inocencia. Reconoce su voz antes que hable... ¡No temas sus incendios! Por la llegada del amor tus labios han de volverse cielo.'
'De súbito el amor nos pertenece en alma, cuerpo y goce. Es nuestro...y nos convierte en experiencia escondida y absorta.
Poco a poco se rompe en mil pedazos entregados a otros, y al fin somos amor dividido, que a pesar de tenerlo siempre lloramos solos.'
'Escucha: no pretendas con su fuego jugar a mariposa. Hundida en él tienes que ser valiente, porque las llamas suyas no son inofensivas ni menores' 'Prepara tu verdad más absoluta; tu punzante corona; y si quieres vivir para alumbrarnos avanza en su misterio con creciente abandono.
Claudia Lars
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