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Extraño verte durmiendo las noches que se avecinan bajo la lluvia apacible en un desvelo de invierno, mientras me cantas los sueños con tu aparente sonrisa y mis pupilas te beben pintada sobre el silencio...
Extraño escuchar mi nombre sobre tus labios primero y desnudarte en el alba como el sol a los lirios, vestir tu aliento en suspiros con esta sed de mis besos y el descubrirnos dichosos tras el amor y el delirio...
Los parques que de la mano no les contamos lo nuestro... los mares que no le han dado la sal a tu piel entera... las atardeceres rojos que aun no conocen tus labios... las lunas que no te han visto paseando por mis quimeras...
Extraño encontrar tu aroma sobre mi pecho vencido y tus cabellos tendidos... ¡extraño el venir del tiempo...! De aquello que nos juramos y aún no lo hemos vivido, tan inefable y sublime... como seguirnos queriendo.
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