Mi querido amor:
Hoy es un día un poco extraño, una sensación de vacío se apodera de mí.
Siento mucho frio, miro mi correo y está vacío.
No entiendo lo que está pasando, no sé cual es el motivo de tu ausencia...
¿Acaso no tenemos ya suficiente distancia como para que le agregues más?
Hoy me he sentado en mi rincón y trato de escribir letras bonitas
que no tengan reproches, mas mi pluma que no sabe de dobleces está triste,
y por lo tanto mis letras no son de tantas alegrías como acostumbran.
Aún así, quiero que sepas que dentro de tanta soledad,
aún te amo y sigo creyendo en nuestra historia.
Muchas veces soy yo la que me alejo mientras tú callas,
mas me vuelvo loca cuando eres tú el que hace silencio entre nosotros.
Los días pasan y miro el calendario, otro mes que se nos va de la manos,
otro mes que estoy aquí amándote y deseando poder un día reflejarme
en tus ojos, con tus manos acariciando mi rostro.
Pienso que nunca nadie me hizo sentir lo que tú me haces vivir
con la suavidad de tus palabras, tus constantes preocupaciones,
y tu sonrisa eterna que es la que me sostiene cuando hay tiempos como éstos.
Si bien hoy nada me hace alegrar, tu sola presencia me hace sentir
que no son tan malos los tiempos.
Quizás estás haciendo cosas para nosotros dos,
y yo sentada sintiendo tanta tristeza de no poder abrazarte
y decirte lo mucho que te extraño...
Me hacen faltas tus palabras, tus caricias. Sí mi amor,
tú me haces mucha falta
cuando nada puede alegrarme en estas fechas.
Tus letras son mi alimento, tus besos a la distancia
son mi única alegría,
y no importa cuantas cartas pueda escribir ni cuantas noches
pueda estar en desvelo pensando en ti, es que siempre me sorprendo
que lo primero que hago al abrir mis ojos es buscarte,
es pensar en dónde estás, qué haces, preguntarme si piensas
en mí y si me sueñas como yo lo hago por ti.
Sólo deseo estar contigo