El Jilguero y El Cisne
«Calla tú, pajarillo vocinglero —dijo el cisne al jilguero—; ¿a cantar me provocas, cuando sabes que de mi voz la dulce melodía nunca ha tenido igual entre las aves?»
El jilguero sus trinos repetía, y el cisne continuaba: «¡Qué insolencia! ¡Miren cómo me insulta el musiquillo! Si con soltar mi canto no le humillo, dé muchas gracias a mi gran prudencia».
«¡Ojalá que cantaras! —le respondió por fin el pajarillo— ¡Cuánto no admirarías con las cadencias raras que ninguno asegura haberte oído, aunque logran más fama que las mías!...» Quiso el cisne cantar, y dio un graznido.
¡Gran cosa! Ganar crédito sin ciencia, y perderle en llegando a la experiencia.
Nada sirve la fama si no corresponden las obras
Tomás de Iriarte
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