La siesta
En un rincón de un patio fresco
y ameno,que alegran y perfuman
aves y flores,una niña morena, que
tiene amores,duerme, puestas
las manos sobre su seno.
Sueña, y al grato hechizo de
cuanto mira a través de la bruma
de lo soñado,se dilata su seno
blanco y rosado,y su boca de
grana se abre y suspira.
Luz del alma ilumina su
rostro hermoso:se encienden
sus mejillas, tiembla y sonríe,
y más con lo que sueña su amor
se engríe,y es cada vez su aliento
más anheloso...
Murmura luego su nombre:
nadie contesta...
Abre sus ojos negros con mudo
espanto,y al ver de sus quimeras
roto el espanto volviendo al sueño dice:
¡Bendita siesta!
Hermanos Quintero