El destino nos maneja igual que el viento a las hojas, que se posan en jaramagos y otras veces sobre rosas. La soledad es un vacío que es difícil de llenar, se parece a un desierto de dunas sin estrenar. Los golpes de la tristeza llegan de un puño invisible, es como una golondrina cuando el viento la persigue. El recuerdo siempre regresa con naúfragos del pasado igual que vuelven las olas a besar las mismas playas. El puñal del sufrimiento es como el fuego en las ramas, al principìo es soportable pero es más duro el mañana. La traición es una herida que jamás el alma sana es como un lirio marchito que ni la lluvia lo salva. La vida nos va llevando como el río a la corriente, sus aguas llegan al mar  y nosotros a la muerte. ALICIA GALLEGO