¿Dónde vas, joven, con el alma a cuestas,alumbrando de urgencias el camino?
No llegarás, no hay meta; ni hay posada;sólo hay un laberinto
por donde avanzas sin hallar salida,
donde tantos que entraron se han perdido.
Verás los blancos huesos asomando en el barro, hablando a gritos,pero no les oirás, porque eres sordo a voces que disienten de ti mismo.
Proseguirás andando, serás un tren sobrado de humo y ruido,sin estaciones, norte o pasajeros,
por un paisaje oscuro, desprovisto
de montañas, llanuras, arboledas;
cuanto esperas del mundo va contigo,lo has creado a tu imagen,
no en momento consciente, más dormido.
Por eso es paradójico, le falta sensatez, duda, equilibrio.
Te sobra corazón, y te delata
la marcha irracional de sus latidos.
Si te parece bello cuanto miras,
será por ser testigode tus propias ideas, solamente,y un día negro encontrarás cuchillos que te rasguen la carne, te envenenen el alma, y tus suspiros,hoy con ritmo de música, se te transformarán en alaridos.
Hoy vas silbando, con el alma a cuestas,y la fe de quien nada encuentra ambiguo,camino de la tierra prometida;mañana el golpe súbito, inequívoco,te hará arrastrar el alma por el suelo,y tu boca tendrá sabor de exilio,de agravio, de derrota inevitable.
Si la vieras venir con el designio
de la devastación, si en lontanaza
su polvareda te anunciara el giro
de las cosas que rompen el programa
que tú les has escrito…
Porque nunca serán como queremos, sino como otros hayan decidido.
Joven ingenuo, con el alma a cuestas,alumbrando de urgencias el camino.
Te espera una vendimia de lúgubres racimos,que al exprimirlos, romperán en sangre,
y colmará tu copa. Ese es tu vino.
Francisco Álvarez Hidalgo(España)
Los Angeles, 5 de octubre de 2008