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El rincón de la poesía: Homenaje a Rubén Darío y al mundo de los sueños
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: 2158Fenice  (Mensaje original) Enviado: 06/01/2010 07:41

FÉLIX RUBÉN GARCÍA SARMIENTO nació en Metapa en 1867 y murió en León en 1916.

Poeta, escritor, periodista y cuentista nicaragüense, se le conoció como Rubén Darío, nombre que ha quedado inscrito en la historia literaria

de Hispanoamérica como la máxima figura de la lírica contemporánea.

El ritmo, la armonía y el refinado gusto de sus composiciones literarias se han diseminado a lo largo y ancho de todas las literaturas en lengua castellana.

 La Reina Mab: El  hada  que tiene un carro hecho de una sola perla. 

Ella es la que escucha a los hombres quejandose y es quien les soluciona sus problemas envolviéndolos

en su velo que los hace soñar y les da alegría y esperanza.

 El velo de la reina Mab

La reina Mab, diosa del sueño, se transporta en un rayo de luz  y  entra por una ventana a una habitación  donde se encuentran unos hombres.

Ella les da unos dones  muy especiales.  A uno le da el poder de crear en mármol. A otro le toca en suerte el iris (los colores).

Un tercero recibe el don del ritmo y un cuarto, el don del cielo azul.  En vez de sentir felicidad por los dones recibidos, estos hombres

se quejan mucho de los problemas que les acarrean los dones de la reina...El primero dice que nunca podría ser un gran escultor como

Fidias y se siente frustrado. El que recibe los colores del iris se queja porque siempre necesita vender sus cuadros para  vivir.

El que recibe el don del ritmo dice que todos los sonidos se combinan y se confunden.

Al que le toca el cielo azul siempre busca inspiración en el cielo porque es poeta y él  quisiera escribir algo inmortal y bello

pero piensa que los poetas no son apreciados y muchos se mueren de hambre, pobres.

Después de oir sus quejas, la reina Mab, desengañada y compasiva a la vez, los cubre con su velo de magia.

Los hombres se ponen a dormir y soñar acerca de las cosas que desean y ya no sienten tristes.

Símbolos:

La Reina Mab: representa la esperanza y la ilusión.

El rmol: representa la escultura

El Iris: representa la pintura

El sonido: representa la música

El azul: representa la inspiracion poética

La copa de las hadas


¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
¿Era día o noche?
El astro
de la niebla sobre el tul,
florecía en campo azul
como un lirio de alabastro.
Su peplo de oro la incierta
alba ya había tendido.
Era la hora en que en su nido
toda alondra se despierta.
Temblaba el limpio cristal
del rocío de la noche,
y estaba entreabierto el broche
de la flor primaveral.
Y en aquella región que era
de la luz y la fortuna,
cantaban un himno, a una,
ave, aurora y primavera.
Las hadas —aquella tropa
brillante—, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
Y la base fue formada
con un trémulo suspiro,
de reflejos de zafiro
y de luz cristalizada.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: —La ilusión;
otra dijo: —La belleza;
otra dijo: —La riqueza;
y otra más: —El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
—Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Y cuando habló Reina tal,
produjo aplausos y asombros.
Llevaba sobre sus hombros
su soberbio manto real.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
 
RUBÉN DARÍO
 
                          

Lo Fatal  

           Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
                 y más la piedra dura porque esa ya no siente,
                 pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
                 ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
               
               Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
                y el temor de haber sido y un futuro terror ...
                y el espanto seguro de estar mañana muerto,
                y sufrir por la vida y por la sombra y por
 
               lo que no conocemos y apenas sospechamos,
                y la carne que tienta con sus frescos racimos,
                y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
 
                ¡ Y no saber adónde vamos,ni de dónde venimos ! ...
 
              Rubén Darío 1905(Nicaragua)


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