PIEDRAS VERDES:
CUARZO VERDE.
- Apacigua el corazón perturbado.
- Neutraliza emociones, aporta una sensación de equilibrio y bienestar en el cuerpo físico.
- Buena contra todo tipo de enfermedades, ya sean mentales, emocionales o físicas.
- Calma todas las molestias del ser.
- Disuelve pensamientos enfermizos, sensaciones y problemas asociados al cuerpo.
MALAQUITA.
- Buena para enfermedades oculares.
- Para dolencias cardíacas.
- Problemas de tensión.
- Fiebres, inflamación, bronquitis, asma (pulmonares), dolores.
- Absorbe la negatividad.
- Conmociones emocionales grandes.
- Nos armoniza con la voluntad superior.
- Relaja el sistema nervioso.
- Estabilizador emocional.
TURMALINA VERDE.
- Extiende su energía desde la esencia espiritual sutil hasta la materia bruta.
- Purifica y fortalece el sistema nervioso, capacitándole para cargar
con mayores cantidades de fuerza espiritual.
- Alivia la fatiga crónica y el agotamiento.
- Tapa escapes áuricos que nos hacen vulnerables a las influencias negativas.
- Fortifica nuestra voluntad para alcanzar la sabiduría y reglar nuestros conflictos internos.
- Es capaz de regenerar y rejuvenecer todo el cuerpo.
ESMERALDA.
- Ayuda al desarrollo de un cuerpo armonioso.
- Regenera y renueva las células.
- Tiene acción equilibrante y curativa.
- Normaliza la presión sanguínea.
- Actúa con eficacia contra las infecciones oculares.
- Procura los medios de comprender los misterios del Cielo y de la Tierra.
(En meditación. Pero ¡ojo!, hay que estar preparado y muy seguro de sí mismo
porque esta piedra pone pruebas fuertes).
JADE.
- Calma y apacigua.
- Una preciosa ayuda en los partos.
- Muy efectiva para apaciguar los efectos físicos de la menopausia.
- Eficaz en casos de gripe, neuralgia y jaqueca.
- Inspira humildad, sabiduría, justicia y valor.
- Eleva el nivel de conciencia.
JASPE SANGUÍNEO o HELIOTROPO.
- Se combinan el verde oscuro, color de tierra y el rojo oscuro, color de sangre.
- Potente purificador del cuerpo físico.
- Limpia la sangre y fortalece los órganos purificadores de la sangre: riñones, hígado y bazo.
- Dirige el color verde curativo hacia el flujo sanguíneo, generando a menudo un estado
de plena desintoxicación.
- Puede aplicarse a zonas del cuerpo afectadas por una congestión o circulación perezosa,
especialmente sobre los órganos purificadores.
- Para personas que se hayan purificado física y emocionalmente a sí mismas, puede ayudar
en la transformación del vehículo físico ayudándole a transportar mayores cantidades de luz y energía.