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El Reino de los Sueños: Los Templarios entre Historia y Leyenda
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De: 2158Fenice (Mensaje original) |
Enviado: 21/08/2010 07:50 |
Caballeros Templarios
Sello de los Caballeros Templarios, con su conocida imagen de dos caballeros subidos en un caballo, símbolo de su inicial pobreza.
El texto está escrito en caracteres griegos y latinos Sigillum Militum Xpisti: que significa "El sello de los soldados de Cristo".
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (latín: Pauperes commilitones Christi Templique Solomonici), comúnmente conocida como los Caballeros Templarios o la Orden del Temple (francés: Ordre du Temple o Templiers) fue una de las más famosas órdenes militares cristianas.Esta organización se mantuvo activa durante poco menos de dos siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaron a Jerusalén tras su conquista. Fueron reconocidos por el Patriarca Latino de Jerusalén, Gormond de Picquigny, el cual les dio como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.
Aprobada de manera oficial por la Iglesia Católica en 1129, la Orden del Templo creció rápidamente en tamaño y poder. Los Caballeros Templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada. Los miembros de la Orden del Templo se encontraban entre las unidades militares mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica a lo largo del mundo cristiano, creando nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno banco,y edificando una serie de fortificaciones por todo el Mediterráneo y Tierra Santa.
El éxito de los templarios se encuentra estrechamente vinculado a las Cruzadas; la pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos de la Orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios creó una gran desconfianza. Felipe IV de Francia, considerablemente endeudado con la Orden, comenzó a presionar al Papa Clemente V con el objeto de que éste tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron arrestados, inducidos a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera.En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe y disolvió la Orden. La brusca desaparición de su estructura social dio lugar a numerosas especulaciones y leyendas, que han mantenido vivo el nombre de los Caballeros Templarios hasta nuestros días.
Caballero Templario tallado en el tronco de un árbol en Priaranza del Bierzo (El Bierzo).
Economía de la Orden
Cien años más tarde de su fundación oficial, hacia 1220, eran la organización más grande de Occidente, en todos los sentidos (desde el militar hasta el económico), con más de 9.000 encomiendas repartidas por toda Europa, unos 30.000 caballeros y sargentos (más los siervos, escuderos, artesanos, campesinos, etc.), más de 50 castillos y fortalezas en Europa y Oriente Próximo, una flota propia anclada en puertos propios en el Mediterráneo (Marsella) y en La Rochelle (en la costa atlántica de Francia).
Todo este poder económico se articulaba en torno a dos instituciones caracterísiticas de los templarios: la encomienda y la banca.
La banca
Uno de los aspectos en los que la orden destacó de una manera extremadamente rápida y sobresaliente fue a la hora de afianzar todo un sistema socio-económico sin precedentes en la historia. La dura tarea de llevar un frente en ultramar les hizo proveerse de una increíble flota, una red de comercio fija y establecida, así como de un buen número de posesiones en Europa para mantener en pie un flujo de dinero constante que permitiera subsistir al ejército defensor en Tierra Santa.
A la hora de dar donaciones, la gente lo hacía de buena gana; unos, interesados en ganarse el cielo; otros, por el hecho de quedar bien con la Orden. De este modo la misma recibía posesiones, bienes inmuebles, parcelas, tierras, títulos, derechos, porcentajes en bienes, e incluso pueblos y villas enteras con los derechos y aranceles que sobre ellas caían. Muchos nobles europeos confiaron en ellos como guardianes de sus riquezas e incluso muchos templarios fueron usados como tesoreros reales, como en el caso del reino francés, que dispuso de tesoreros templarios que tenían la obligación de personarse en las reuniones de palacio en las que se debatiera el uso del tesoro.
Para mantener un flujo constante de dinero, la Orden tenía que tener garantías de que el capital no fuera usurpado o robado en los largos viajes. Con este fin se estableció en Francia una serie de redes de encomiendas que se esparcían por prácticamente toda la geografía francesa y que no distaban unas de otras más que un día de viaje. Con esta idea se aseguraban de que los comerciantes durmieran siempre a resguardo bajo techo y poder así garantizar siempre la seguridad de sus caminos.
No sólo supieron crearse todo un sistema de mercado, sino que se convirtieron en los primeros banqueros desde la caída de Roma. Y lo hicieron a sabiendas de la escasez de moneda en la vieja Europa y ofreciendo en sus tratos intereses mucho menos usurarios que los ofrecidos por los mercaderes judíos. Así pues, crearon libros de cuentas, la contabilidad moderna, los pagarés e incluso la primera letra de cambio. En esta época pesaba mucho la idea de transportar dinero en metálico por los caminos, y la Orden dispuso de documentos acreditativos para poder recoger una cantidad anteriormente entregada en cualquier otra encomienda de la orden. Solamente hacía falta la firma, o en su caso, el sello.
La encomienda
La encomienda es un bien inmueble, territorial, localizado en determinado lugar, que se formaba gracias a donaciones y compras posteriores y a cuya cabeza se encontraba un Preceptor. Así, a partir de un molino (por ejemplo) los templarios compraban un bosque aledaño, luego unas tierras de labor, después adquirían los derechos sobre un pueblo, etc., y con todo ello formaban una encomienda, a manera de un feudo clásico. También podían formarse encomiendas reuniendo bajo un único preceptor varias donaciones más o menos dispersas. Tenemos noticia de encomiendas rurales (Mason Dieu, en Inglaterra, por ejemplo) y urbanas (el "Vieux Temple", recinto amurallado en plena capital francesa).
Al poco, su red de encomiendas derivó en toda una serie de redes de comercio a gran escala desde Inglaterra hasta Jerusalén, que ayudadas por una potente flota de barcos en el Mediterráneo consiguió hacerle la competencia a los mercaderes italianos (sobre todo, de Génova y Venecia). La gente confiaba en la Orden, sabía que sus donaciones y sus negocios estaban asegurados y por ello no dejaron nunca de tener clientela. Llegaron hasta el punto de hacerles préstamos a los mismísimos reyes de Francia e Inglaterra.
Comerciantes de reliquias
Los templarios tuvieron uno de sus más lucrativos negocios en la comercialización de reliquias. Los templarios distribuían el óleo del milagro de Saidnaya, un santuario a 30 km de Damasco a cuya Virgen se atribuía el milagro de exudar un líquido oleoso. Los templarios lo embotellaban en pequeños frascos y lo distribuían en Occidente. Al parecer, también comercializaron numerosos fragmentos del Lignum Crucis, la Santa Cruz en la que se decía había estado crucificado Jesucristo y que se decía habían encontrado ellos.
Sin embargo, sus operaciones económicas siempre tuvieron como meta el dotar a la Orden de los fondos suficientes como para mantener en Tierra Santa un ejército en pie de guerra constante. Y por ello el lema de la Orden:
Non nobis, Domine, Non Nobis, Sed Nomine Tuo Da Gloriam |
No para nosotros, Señor, no para nosotros sino en Tu Nombre danos Gloria |
Templarios en la actualidad
Debido al misterio con que se ha adornado siempre la historia de la Orden del Templo, después de su disolución han ido apareciendo autoproclamados sucesores de la misma.
A principios de 1981, la Santa Sede se tomó el trabajo de confeccionar una lista de organizaciones que se declaraban sucesoras de los templarios y encontró más de cuatrocientas.
Cierto que la inmensa mayoría de ellas no son sino grupos de pantalla para cubrir otros fines, con prácticas que bordean el límite de lo lícito, y, algunas otras, con un claro comportamiento sectario (como la famosa secta Orden del Templo Solar).
Algunas asociaciones de esta lista, sin embargo, dedican su trabajo a fines altruistas (los Caballeros de la Alianza Templaria, contra la droga, por ejemplo) o a fines menos prácticos pero inocuos (la Orden de los Caballeros del Temple y de la Virgen María y su dedicación a la alquimia) o algunas "Hermandades o Maestrazgos", que en definitiva no son de linaje templario, sino más bien proyectos personales...
Algunas corrientes masónicas también dicen descender de los templarios, como el Rito Masónico Templario y la Estricta Observancia Templaria del Barón d'Hund, y algunos ritos masónicos tienen grados relacionados con los templarios. De hecho, Andrew Mitchell Ramsay, considerado el padre de la masonería escocesa como la conocemos hoy en día, en su "Discurso" afirmaría sin ambages que los cruzados habían fundado la masonería en Tierra Santa, y que dicha masonería no era sino la Orden del Templo. Así, la famosa Capilla Rosslyn sería atribuida sin fundamento a los templarios, dando inicio a leyendas en las que se dice que escondieron en su ornamentación las claves de su supuesto saber hermético y del lugar de su tesoro. También se crea de esta manera una inconexa e indocumentada relación con la masonería.
Pero ninguna de las organizaciones existentes hoy en día puede probar, en manera alguna, su efectiva y legal descendencia de la Orden fundada por Hugo de Payens y sus Pobres Caballeros de Cristo.
Para terminar, fue el inmortal Dante en su magna obra La Divina Comedia, en el «Libro del Paraíso», Capítulo XXX, versos 127-129, el que dio la última noticia real de los Templarios:
" Como al que quiere hablar y no halla acento me llevó Beatriz y dijo:
Mira de estolas blancas este gran convento "
Templarios notables
Jacques de Molay, el último gran Maestre de la orden
Los Nueve Fundadores
- Hugo de Payens
- Godofredo de Saint-Omer
- Godofredo de Bisol
- Payen de Montdidier
- André de Montbard
- Arcimbaldo de Saint-Amand
- Hugo Rigaud
- Gondemaro
- Rolando
Grandes maestres de la Orden
- Hugo de Payens (1118-1136)
- Robert de Craon (1136-1146)
- Evrard des Barrès (1147-1151)
- Bernard de Tremelay (1151-1153)
- André de Montbard (1154-1156)
- Bertrand de Blanchefort (1156-1169)
- Philippe de Milly (1169-1171)
- Eudes de Saint-Amand (1171-1179)
- Arnaud de Torroja (1180-1184)
- Gérard de Ridefort (1185-1189)
- Robert de Sablé (1191-1193)
- Gilbert Hérail (1193-1200)
- Phillipe de Plaissis (1201-1208)
- Guillaume de Chartres (1209-1219)
- Pedro de Montaigú (1219-1230)
- Armand de Périgord (1232-1244)
- Richard de Bures (1245-1247)
- Guillaume de Sonnac (1247-1250)
- Renaud de Vichiers (1250-1256)
- Thomas Bérard (1256-1273)
- Guillaume de Beaujeu (1273-1291)
- Thibaud Gaudin (1291-1292)
- Jacques de Molay (1292-1314)
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SEGUNDA PARTE :
LOS TEMPLARIOS
¿TEMPLARIOS EN AMÉRICA?
HOY EN DÍA, AFIRMAR QUE COLÓN DESCUBRIÓ AMÉRICA ES POCO MENOS QUE INGENUO, CUANDO PARECE PROBADO QUE LOS VIKINGOS LO CONSIGUIERON TIEMPO ANTES POR LA RUTA DEL NORTE. ASIMISMO, ALGUNOS AUTORES DEFIENDEN LA TESIS DE QUE LOS CABALLEROS DEL TEMPLE TAMBIÉN ESTUVIERON ALLÍ ANTES QUE EL GENOVÉS. VEAMOS SUS EVIDENCIAS.
Algunos autores han afirmado que los Templarios iban y venían con un cargamento completo de oro y plata procedentes de América Estas hipótesis tiene su base en que los Templarios manejaban una cantidad abrumadora de oro y plata que no existía para esa época en Europa. Incluso luego de su disolución de la Orden el 13 de Octubre de 1307 los gobernantes de Europa se dieron cuenta que las pocas minas de oro que había eran insuficientes. Cabe destacar entre otras cosas que la flota templaria anclada en La Rochelle, se desvaneció como si nunca hubiera existido. Hay constancia histórica de la existencia de esa flota, pero lo cierto es que Felipe el Hermoso, no encontró el tesoro de los Templarios. Una de las teorías que señalan hacia donde pudo zarpar la flota templaria es en América. Aunque algunos lo tomaron como descabellados si los vikingos lograron hacerlo hacia el año 1000 por qué no los templarios 300 años después?.Tras la disolución de la Orden del Temple, los templarios españoles ingresaron en masa en la Orden de Calatrava, y parece seguro que fue en el convento de dicha orden donde Cristóbal Colón, que se alojó allí, halló los elementos que le dieron la certeza en cuanto a la existencia de las Indias Occidentales. En Portugal fue creada especialmente para los templarios supervivientes la Orden de Cristo, que usaba la cruz templaria, la cruz de gules pateada. Cuando los portugueses de Enrique el Navegante se lanzaron al descubrimiento de los océanos pareciendo saber exactamente a donde iban, sus velas debían llevar obligatoriamente la cruz roja de la Orden del Temple. Los marinos portugueses tenían prohibido navegar más allá de Cabo Mogador sino portaban dicho pabellón. Cruz, que por otra parte, también se hallaba en las tres embarcaciones colombinas. Precisamente en el país vecino estuvo el almirante genovés, no sólo para encontrar financiación para su empresa, sino con el fin de estudiar las cartas marítimas que guardaba la Orden de Cristo y que se consideraban las más completas del mundo. Hay una similitud muy grande entre las velas que llevaban las tres carabelas y el escudo de la Orden del Temple.Cuando los españoles llegaron, los aborígenes los consideraron dioses (recibimiento de los Aztecas) y que en algunas culturas ya se hablaba de los hombres blancos,. Una de las cosas que más asombró a los religiosos que acompañaron a Colón, fue que los indios no se extrañaban al ver la cruz ni al contemplar a los caballeros armados. Es más, incluso parecía que los estaban esperando. Algunas de sus tradiciones hablaban de que " Llegará un día en el que vendrán por mar grandes hombres, vestidos de metal, que cambiarán nuestras vidas ". También los mayas adoraban a Kukulkán, un dios "blanco y barbado" y a una cruz, en la cual murió "Un hombre de luz que vivirá eternamente"...
o deja de ser curioso que hace miles de años, griegos, egipcios y otras culturas mediterráneas tuviesen conocimiento de la redondez de las Tierra, de la medida aproximada de su radio, de su distancia al Sol o a la Luna, y que sin embargo las cerradas mentes del siglo XV concibiesen miedo ante la posibilidad de "caer por el borde del mundo" en caso de adentrarse lo suficiente en el Océano Atlántico. Para ellos la Tierra era plana y era además el centro del universo. Actualmente no sólo sabemos cuan equivocados estaban, sino que tenemos que reconocer que las antiguas culturas, podrían ser eso, antiguas, pero en absoluto primitivas, como mucha gente aún supone erróneamente, víctima de ideas preconcebidas. La verdad es gran parte de un antiguo saber se ha perdido en el lento transcurso de los siglos. Ignoramos hasta donde alcanzaba el conocimiento de los que nos precedieron en tiempos remotos, aunque sí comprendemos que superaba de largo al angustioso declive que se produjo en el medievo.
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sombran, por poner un ejemplo, las numerosas coincidencias entre culturas tan distantes en el tiempo y el el espacio, como eran la egipcia y las mesoamericanas precolombinas, como la maya o la azteca. Todo parece indicar, sino un origen común, si al menos un vínculo, un contacto en lo que a conocimiento se refiere. Hay quien dice que desde tiempos inmemoriales el hombre ya había navegado el mundo entero. Incluso el aventurero noruego Thor Heyerdahl, en sus famosas expediciones "Ra", demostró que los egipcios tenían tecnología suficiente como para haber alcanzado el "nuevo mundo" a bordo de sus "primitivas" embarcaciones de papiros. ¿ Alcanzó alguna antigua cultura del viejo continente las costas americanas mucho antes que Colón? ¿Sabía por tanto el Almirante a donde se dirigía exactamente? ¿Lo sabían los Templarios antes que él? ¿Pudo el genovés aprovechar los conocimientos que éstos le legaron? La hipótesis no es tan descabellada como puede parecer en un principio. Veamos el porqué. |
n el Museo Nacional de Turquía, en Estambul, se halla un mapa fechado en 1513, que perteneció al pirata y cartógrafo turco Piri Reis. Dicho mapa muestra Gran Bretaña, España, África Occidental, el Atlántico, porciones de Norteamérica, un perfil completo de la mitad oriental de Sudamérica y en la parte inferior, la línea costera de la Antártida. Hasta aquí, puede parecer nada raro, pero si tenemos en cuenta detalles como que en el plano se muestran el cauce de ríos como el Orinoco, el Paraná y otros que de aquella estaban inexplorados, o que la Antártida aprece libre de hielos, la duda empieza a surgir. Es necesario añadir a mayores, que las distancias señaladas en el mapa son exactas, distancias que no se pudieron establecer con exactitud hasta el siglo XVIII. El propio continente helado, no fue oficialmente descubierto hasta el siglo XIX. El atlas aparece rasgado, y se sabe que había más planos, por lo que se supone que en su día fue mucho mayor, seguramente un completo mapamundi.
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l propio Piri Reis cuenta que en una batalla contra los españoles, en 1501, él y su tío Kemal capturaron a un marinero que había navegado en tres de las expediciones colombinas y que portaba unos extraños planos, utilizados, según el marinero, por Colón en sus viajes. El origen de estos mapas se remontaba a Grecia, ya que el marino español confeso: "Cierto libro, del tiempo de Alejandro Magno (356-323 A.C.) fué trasladado a Europa, y después de leerlo, Cristóbal Colón, con los barcos proporcionados por el Gobierno español, descubrió las Antillas". El pirata turco, reconoce, asimismo: "Al preparar este mapa, hice uso de unos veinte planos viejos y de ocho mapamundis, en los cuales aparecía la totalidad del mundo habitado". |
lo largo y ancho del mundo, hay otros muchos mapas antiguos, algunos tan fascinantes o más como el que nos ocupa, pero creo, que éste, sin embargo, tiene especial interés por su posible relación con el Temple, que es a fin de cuentas, el tema sobre el que versa esta página. Tenemos el mapa de Piri Reis, y sospechamos que pudo haber sido utilizado por Colón. Pero... ¿Cómo llegó a sus manos? Veamos la posibilidad. |
l poco tiempo de su fundación, la Orden del Temple comenzó a recibir ingentes cantidades de dinero provenientes de donaciones y grandes extensiones de tierra para administrar, lo que permitió destacar a los monjes-guerreros como hábiles economistas, impulsando la economía en todos los aspectos. Conocedores de que el mantenimiento de su brazo militar en Palestina era sumamente costoso, el Banco del Temple y su Marina tendieron toda una tupida red que estableció relaciones comerciales con los estados europeos y los musulmanes. Inventaron la banca moderna, introduciendo las cláusulas penales y la letra de cambio. Asimismo ejercieron de tesoreros de reyes y nobles, y no solo aceptaban moneda, sino también cualquier objeto de valor, prestando a cambio dinero contante y sonante. A pesar de sus múltiples operaciones financieras siempre disponían de mucho efectivo, y sin embargo, en esa época las piezas monetarias en circulación eran muy escasas. Eso no fue impedimento para que en el siglo XII financiaran en Francia la construcción de más setenta iglesias y ochenta catedrales, pagando los materiales y los jornales de todo tipo de obreros y trabajadores. El oro no abundaba y la plata, muy escasa y que había llegado a cotizarse más que aquel dado que desde la época de los romanos no habían existido nuevas explotaciones, se tornó bastante corriente con la entrada en escena del Temple. Había muy pocas minas en Europa, Asia y África, si tenemos en cuenta la enorme cantidad de este metal que se llegó a mover en la alta Edad Media, y después del exterminio de los templarios, resultó que la producción de las minas existentes en los territorios oficialmente conocidos en el siglo XIV era claramente insuficiente. Entonces, ¿De donde provenían las reservas? |
lgunos autores sostienen que los Templarios iban y venían de América con barcos cargados de plata, que posteriormente concentraban en la ciudad francesa de Sours. Hoy en día, a sabiendas de que los vikingos alcanzaron el continente americano bastante tiempo antes que los conquistadores españoles, la hipótesis no parece del todo descabellada. Enumeremos pues las evidencias. |
ras la disolución de la Orden del Temple, los templarios españoles ingresaron en masa en la Orden de Calatrava, y parece seguro que fue en el convento de dicha orden donde Cristóbal Colón, que se alojó allí, halló los elementos que le dieron la certeza en cuanto a la existencia de las Indias Occidentales. En Portugal fue creada especialmente para los templarios supervivientes la Orden de Cristo, que usaba la cruz templaria, la cruz de gules pateada. Cuando los portugueses de Enrique el Navegante se lanzaron al descubrimiento de los océanos pareciendo saber exactamente a donde iban, sus velas debían llevar obligatoriamente la cruz roja de la Orden del Temple. Los marinos portugueses tenían prohibido navegar más allá de Cabo Mogador sino portaban dicho pabellón. Cruz, que por otra parte, también se hallaba en las tres embarcaciones colombinas. Precisamente en el país vecino estuvo el almirante genovés, no sólo para encontrar financiación para su empresa, sino con el fin de estudiar las cartas marítimas que guardaba la Orden de Cristo y que se consideraban las más competas del mundo. |
or otra parte, el Temple poseía una flota propia y contaba con puertos que miraban no solo al Mediterráneo sino también al Atlántico. Destacamos la enigmática encomienda francesa de La Rochelle, en la que el Temple disponía de un puerto muy importante cuya ubicación, apartada de las rutas usuales, no estaba justificada en modo alguno. Este puerto se hallaba fuertemente protegido por unas cuarenta encomiendas en un radio de ciento cincuenta kilómetros y su importancia podría ser enorme de ser cierta la confesión de un templario que expondremos en la leyenda siguiente. Por su parte, los conquistadores españoles se encontraron en la península de Yucatán una leyenda que narraba que unos hombres blancos llegaron a sus costas en grandes barcos. Y estos altos y hermosos hombres, que vestían extrañas vestimentas, fueron generosos y legaron a las gentes mayas grandes conocimientos. Una de las cosas que más asombró a los religiosos que acompañaron a Colón, fue que los indios no se extrañaban al ver la cruz ni al contemplar a los caballeros armados. Es más, incluso parecía que los estaban esperando. Algunas de sus tradiciones hablaban de que "llegará un día en el que vendrán por mar grandes hombres, vestidos de metal, que cambiarán nuestras vidas para bien". También los mayas adoraban a Kukulkán, un dios "blanco y barbado" y a una cruz, en la cual murió "un hombre de luz que vivirá eternamente". ¿Pudieron ellos solos alimentar esta idea, tan cercana al cristianismo? |
o podemos dar respuestas definitivas a todo lo que hemos expuesto porque no las hay. Lamentablemente, con la Orden del Temple nunca existen pruebas directas. Muchas veces, la única evidencia es la ausencia de posibilidades contrarias. |
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De: karmyna |
Enviado: 24/08/2010 23:29 |
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