" El Flechador del cielo" Agustín Cortés
Somos aquellos
Somos aquellos que dijimos basta;
los que un día levantamos la cabeza
para mirar de frente al horizonte;
los que marcamos la tierra con las uñas
formando surcos y extrayendo vida.
Somos aquellos que sintiendo náuseas
apretamos los puños y los dientes
para exigir de cielo, mar y aire
el don divino de soñar despiertos.
Somos aquellos de la faz callada,
ojos de lince, corazón de fiera,
fauces ardientes, ansia insatisfecha
que mamamos las ubres del planeta
buscando ahí la leche de la vida.
Somos aquellos que buscamos luz;
los que llevamos el fuego en las entrañas,
los que gritamos si el silencio es norma;
somos aquellos que decimos: ¡Basta!
De Xilote revista de creación literaria, Nº 5, Septiembre-Octubre de 1967, México, D.F.
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A los que prefieren morir de pie, antes que vivir de rodillas ...
A la hermosa y tierna rebeldía de los jóvenes , aún en su confusión .
A los que combaten y resisten , a pesar de todo ...
Mi casa muerta
1
No derrumben mi casa vieja , había dicho.
No derrumben mi casa.
2
Teníamos nuestra pérgola,
y dos puertas a la calle,
un jardín a la entrada,
pequeño pero grande,
un manzano que yace seco
ahora por el grito
y el cemento.
El durazno y el naranjo
habían muerto anteriormente,
pero teníamos también
(¡cómo olvidarlo!)
un árbol de granadas.
Granadas que salían
de su tronco,rojas,
verdes,el árbol se mezclaba
con el muro,y al lado,
en la calle,un tronco que
daba morascada año,
que llenaba de hojas
en otoño las puertas
de mi casa.
3
No derrumben mi vieja casa , había dicho ,
dejen al menos mis
granadas y mis moras,
mis manzanas y mis rejas.
4
Todo esto contenía
mi pequeño jardín.
Era un pedazo de
tierra custodiado
día y tarde por una verja,
una reja castaña y alta
que los niños a la salida
del colegio saltaban fácilmente,
llevándose las manzanas
y las moras,las granadas y las flores.
5
Es cierto, no lo niego,
las paredes se caían
y las puertas no cerraban
totalmente. Pero mataron mi casa,
mi dormitorio con su
alta ventana mañanera.
Y no quedó nada del granado,
las moras ya no ensucian mis zapatos,
del manzano sólo veo
hoy día,un triste tronco que
llora sus manzanas y sus niños.
6
Mi corazón se quedó
con mi casa muerta.
Es difícil rescatar
un poco de alegría,
yo he vivido entre
carros y cemento,
yo he vivido siempre
entre camiones y oficinas,
yo he vívido entre
ruinas todo el tiempo,
y cambiar un poco
de árbol y de pasto,
una palmera antigua
con columpios,una granada roja
disparada en la batalla,
una mora caída con un niño,
por un poco de pintura
y de granizo,es cambiar
también algo de alegría
y de tristeza,es cambiar también
un poco de mi vida,
es llamar también
un poco aquí a la muerte
(que me acompañaba todas las tardes
en mi vieja casa,en mi casa muerta).
Javier Heraud - De: "El Viaje". 1961. PERÚ
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SALGO AL CAMINO
A pie, alegre, salgo al camino real.
Soy sano, soy libre, el mundo se extiende ante mí,
el largo camino pardo me conducirá adonde yo quiera.
Ya no llamo a la fortuna: yo soy la fortuna.
No lloriqueo, no difiero mis actos, no necesito nada,
la tierra, ella me basta.
Creo que podría detenerme aquí y obrar milagros,
creo que amaré a todos los seres
y a todas las cosas que encuentre en mi camino,
y que me amarán todos los que me contemplen;
creo que serán felices todos aquellos a quienes vea.
Desde este momento me declaro libre de todo límite,
voy a donde me plazca, soy mi señor total y absoluto:
escucho a los demás, considero lo que ellos me dicen,
me detengo, investigo, acepto, contemplo ... ,
dulcemente, pero con innegable voluntad,
me libero de las trabas que quieren retenerme.
Soy más vasto y mejor de lo que imaginaba,
no sabía que se contuviese en mí tanta bondad,
todo me parece hermoso.
Quienquiera que seas, ¡ Ven, viaja conmigo !
No te desanimes, persevera, hay cosas divinas encubiertas,
te juro que hay cosas divinas encubiertas
cuya hermosura las palabras no pueden explicar.
No debemos detenernos aquí,
por muy fragantes que sean estas provisiones;
por muy cómoda que sea esta morada,
no podemos detenernos aquí; por muy protegido
que sea este puerto, por muy sosegadas que sean estas aguas,
no podemos anclar aquí; por muy amable que sea
la hospitalidad que nos rodea, no estamos autorizados
a aceptarla sino durante un breve espacio.
¡ Allons ! A aquello que no tiene fin, como no tuvo principio,
sobrellevar muchas cosas, caminatas de día, descansos en la noche,
fundir todos los seres en el viaje hacia el que tienden,
fundirlos otra vez en el comienzo de mejores viajes,
no ver nada en ninguna parte sino lo que podamos alcanzar
y dejar atrás, mirar el camino hacia arriba y hacia abajo,
y ver que se extiende y nos espera y que,
por largo que sea, se extiende y nos espera.
Conocer el universo entero como si fuese un camino,
como si fuera muchos caminos,
como si fuese caminos para las almas viajeras.