Elegir mi paisaje
Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado, elegiría, robaría
esta calle que es anterior a mí y a todos.
Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.
Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos,
los espías aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran a mis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.
Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.
Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad
cualquiera y su insignificante comezón de recuerdos.
Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.
HISTORIA DE VAMPIROS...
Sus padres y hasta sus abuelos
fueron vampiros de prosapia
y tras su leve mordedura
sangre libaban a su anchas,
pero éste en cambio era un vampiro
que apenas si sorbía agua
al mediodía y en la cena
de noche y en las madrugadas.
Abstemio de sangre
era la vergüenza
de los otros vampiros
y de las vampiresas.
Este vampiro tan distinto
osó crear una variante
proselitista de vampiros
anónimos y militantes
bajo la luna hizo campaña
con sus consignas implacables
"Vampiros sólo beban agua,
la sangre siempre trae sangre..."
Pero temieron sus colegas
que esa doctrina peligrosa
tentase a los vampiros flojos
que beben sangre con gaseosa.
Y así una noche de tormenta
cinco quirópteros de lidia
le propinaron al indócil
sus dentelladas de justicia.
El desafío del rebelde
quedó allá abajo en cuerpo y alma
con cinco heridas que gemían
formando un gran charco de agua.
Lo extraño fue que los verdugos
colgados de una vieja rama
a su pesar reconocieron
el buen sabor del agua mansa.
Desde esa noche ni vampiros
ni vampiresas chupan sangre
los hematíes son historia
y el agua corre Dios mediante.
Y como siempre ocurre en estos
y en otros casos similares
el singular vampiro abstemio
es venerado como un mártir.
ARCO IRIS
A veces
Por supuesto
Usted sonríe
Y no importa lo linda
O lo fea
Lo vieja
O lo joven
Lo mucho
O lo poco
Que usted realmente sea
Sonríe
Cual si fuese
Una revelación
Y su sonrisa anula
Todas las anteriores
Caducan al instante
Sus rostros como máscaras
Sus ojos duros
Frágiles
Como espejos en óvalo
Su boca de morder
Su mentón de capricho
Sus pómulos fragantes
Sus párpados
Su miedo
Sonríe
Y usted nace
Asume el mundo
Mira
Sin mirar
Indefensa
Desnuda
Transparente
Y a lo mejor
Si la sonrisa viene
De muy
De muy adentro
Usted puede llorar
Sencillamente
Sin desgarrarse
Sin desesperarse
Sin convocar la muerte
Sin sentirse vacía
Llorar
Sólo llorar
Entonces su sonrisa
Si todavía existe
Se vuelve un arco iris.
"PIEDRITAS EN LA VENTANA"
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
Mario Benedetti (Uruguay)