Por : Emma-Margarita R. A.-Valdés
Con un "Felices Pascuas
y próspero Año Nuevo",
llegó a mí tu llamada
atravesando el tiempo,
conmoviéndome el alma,
avivando el recuerdo.
Venía de mi infancia,
de mi querido pueblo,
traía en tus palabras
el calor de aquel fuego
encendido en las llamas
del hogar dulce y tierno.
Anuló la distancia
de mi tierra y mi cielo,
del mar y de la playa,
de la Iglesia y del puerto
del parque y de la plaza,
de estudios y de juegos.
Me sentí sobre el aura
de mis primeros vuelos,
con inocentes alas
nacidas en los sueños,
palpitando mañanas
en el sol de mi pecho.
Con la voz alterada
al golpe del momento,
nos unió la añoranza,
en un regreso interno
a estancias enlazadas
en sortilegio etéreo.
Sobre nuestras palabras
gritaban los silencios
con imágenes claras
de aquéllos que se fueron
dejando la esperanza
del inmortal encuentro.
Por esto, tu llamada,
atravesando el cielo,
estremeció mi alma
y me avivó el recuerdo
de las felices Pascuas
y de los años viejos.
QUIERO SENTIR LA NOCHEBUENA
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Quiero ver la vida de color de rosa
en un paraíso de flores silvestres,
despertar al canto del gallo en la aurora,
sentir la mañana besando mi frente.
Quiero el mar tranquilo con plácidas olas,
las playas incólumes de arenas doradas,
tenderme en un lecho de plantas exóticas,
sentir que la noche es sensual y cálida.
Quiero la armonía de mi otro universo,
ritmo celestial para esta babel,
bailar con la brisa que eleva mis velos,
sentir el latido del Niño en Belén.
Quiero hacer la historia de mis sentimientos
con una guirnalda de intensas vivencias,
quemarme al pisar las ascuas del fuego,
sentir como el alma se extasía trémula.
Quiero conocer mis exactos límites
más allá del cuerpo, la mente y la tierra,
romper la ansiedad por lo inaccesible,
sentir la alegría de la Nochebuena.
Quiero amor y paz sobre mi arrecife,
la luz de la estrella brillando en mi vértice,
saber que soy lúcido, inmortal y libre
y sentir la dicha de ser inocente.
Paisanos que están aquí
cantarles es mi destino
soy un cantor peregrino
que da lo mejor de sí
y como nunca mentí
brindo respeto al fogón
y ya que es buena ocasión
Para contar lo que fuimos
no le daré buenos trinos
pero sí mi corazón
Martín Fierro