Un día como el de hoy, pero del año 2001, los Talibán comenzaron a destruir con misiles antiaéreos, tanques y dinamita, a los Budas de Bamiyán. Considerados “Patrimonio de la Humanidad”, habían sido esculpidos en la roca y empotrados en la ladera de una montaña hace aproximadamente 1.500 años. Uno de ellos, con sus 53 metros de altura, era el Buda de pie más grande del mundo. Afganistán, sitio de paso en la histórica “Ruta de la Seda”, tiene un pasado cultural único, mezcla de tradiciones orientales y occidentales, con estatuas que combinan tradiciones budistas y griegas. Los Talibán, un grupo integrista tribal y guerrillero, estudiante del Islam, había tomado fuerzas gracias al apoyo que le proporcionaba EEUU en su objetivo de provocar la retirada de la URSS y la consiguiente caída del gobierno progresista del PDPA. Al llegar estos fundamentalistas al poder, implantaron un régimen islámico severo. Al tiempo que el Gobierno talibán criticaba a la UNESCO y las ONG del extranjero por asignar recursos para la renovación de estas estatuas, decretó su destrucción, considerando que esos Budas eran un símbolo de idolatría contrario al Corán. Pero estas estatuas no tenían un impacto negativo para el Islam. Prueba de ello es que a lo largo de la historia islámica de Afganistán, ellas fueron preservadas y ninguna doctrina musulmana había sugerido su destrucción. El mundo entero expresó su indignación ante semejante atropello, cometido por estos fanáticos, contra los colosos de piedra, herencia cultural del mundo. |