Construyen un monumento al Yuri Gagarin que viviría hoy día
"En la localidad de Riga han hecho un monumento a Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia de la humanidad.
Pero no han hecho la escultura del Yuri Gagarin que murió en un accidente siendo joven todavía, sino del hombre anciano que sería hoy día."
Yuri Gagarin
Así era el hombre que hace 50 años se convirtió en el primer ser humano en llegar al espacio
Yuri Gagarin al interior de la nave espacial Vostok I que lo convirtió en el primer hombre en llegar al espacio el 12 de abril de 1961
Yuri Alekséyevich Gagarin (en ruso: Ю́рий Алексе́евич Гага́рин; Klúshino, Unión Soviética, 9 de marzo de 1934 - Novosyolovo, Unión Soviética, 27 de marzo de 1968) fue un cosmonauta soviético. El 12 de abril de 1961, Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio, al hacerlo a bordo de la nave Vostok 1. Aventurarse en el espacio, hasta entonces vedado al hombre, el joven cosmonauta Yuri Gagarin rompió barreras psicológicas, obligando a la humanidad a mirar más allá de los nacionalismos y a su lugar en el cosmos. Yuri era el tercero de cuatro hermanos; de padre carpintero, su hermana mayor fue la encargada de cuidarle mientras sus padres trabajaban. A Gagarin le describían como un chico inteligente y trabajador. Su profesor de matemáticas luchó con el Ejército Rojo del Aire durante la Gran Guerra Patria, un hecho que impresionó al joven Gagarin.
La cápsula del Vostok 1 en tierra
Yuri fue obrero metalúrgico hasta 1954, año en que se apunta en el aeroclub de la ciudad de Sarátov. Aprendió a pilotar un avión ligero, una afición que cada vez se hizo más intensa. En 1955, tras finalizar sus estudios técnicos, entró en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo. Durante su estancia en la escuela conoció a Valentina Goricheva con la que se casó en 1957 después de conseguir sus alas de piloto. En 1959 se presenta como candidato al primer vuelo espacial.
Rumbo al espacio
El vuelo de 108 minutos llevado a cabo por Gagarin el 12 de abril de 1961 representó una contundente victoria de propaganda para la Unión Soviética en su batalla con Estados Unidos, al demostrar, según las autoridades soviéticas, "la fortaleza del socialismo".
Pero ese vuelo tuvo repercusiones incluso más profundas en el plano filosófico. Hasta entonces, los humanos sólo habían volteado la mirada hacia el espacio desde la superficie de la Tierra. Ahora, un hombre veía por primera vez el planeta desde arriba.
Gagarin en Londres en julio de 1961
Gagarin, y a través de él, toda la humanidad, pudo contemplar la Tierra sin fronteras políticas, en toda su hermosura, aterradora fragilidad y gran aislamiento.
"¡Veo la Tierra! ¡Es tan hermosa!", exclamó el protagonista de esa aventura, que lo hizo entrar en la leyenda.
La familia Gagarin
La experta Cathleen Lewis, comisaria de programas espaciales internacionales en el museo Smithsonian en Washington, subrayó que, con el tiempo, el vuelo de Gagarin adquirió un significado más profundo, y más vasto.
"Gagarin es visto ahora más como un héroe universal", y no sólo soviético, opinó la experta, en una entrevista telefónica con la AFP.
Antes de partir
En su opinión, uno de los beneficios que dejó ese vuelo, que se produjo en plena Guerra Fría, fue que nuestra comprensión de la Tierra varió, incorporando el hecho de que "es un planeta muy frágil, situado en el medio de la nada".
"Todo el mundo que estuvo pendiente de ese vuelo, astronautas y cosmonautas, hicieron la misma observación: hay un planeta Tierra, que tiene una delgada capa de atmósfera alrededor. No hay fronteras políticas, es un planeta".
En traje de astronauta
Aventajado por su gran rival, Estados Unidos se apresuró para enviar su propio astronauta, Alan Shepard, en un vuelo suborbital, el 5 de mayo de 1961. Pero fue hasta el 20 de febrero de 1962 que el primer estadounidense, John Glenn, le dio la vuelta al planeta.
Siete años después, el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong pisó la Luna, y Estados Unidos se convirtió en el líder indiscutible en el espacio.
El Vostok rumbo al espacio
Como el vuelo de Gagarin, la misión Apollo 11 fue en un primer momento festejada como un triunfo estadounidense.
Pero después, Apollo 11 fortaleció el mismo mensaje subliminal enviado por el vuelo de Gagarin, al demostrar la pequeñez de la Tierra, que se vislumbraba desde arriba como un pequeño espacio de vida, en el gran vacío del espacio.
Junto a Nikita Kruschev
Ante esa imagen, las rivalidades políticas y las pugnas nacionalistas parecían mezquinas.
Seis años después, nació la cooperación internacional, cuando una nave Apollo se unió a una Soyuz soviética para un vuelo espacial de nueve días.
Visita a Londres
Con la excepción de China, esa cooperación ha perdurado, sobre todo debido al alto costo de enviar hombres al espacio, mantenerlos vivos y lograr que regresen sanos y salvos a la Tierra.
"Si regresemos a la Luna un día, no vamos a enviar siete vuelos distintos para los siete socios internacionales en este proyecto, sino que todos van a participar", señaló Michel Tognini, un francés que efectuó tres viajes al espacio en 1990, y que preside ahora el Centro de Astronautas europeo.
El hombre de la hazaña
El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jean-Jacques Dordain, coincidió en destacar que los sesenta fueron unos años importantes en el proceso de aprendizaje del hombre a trabajar juntos en este campo.
"Entre el 12 de abril de 1961 y el 20 de julio de 1969, el espacio era un lugar de competencia", señaló el experto, en ocasión de una exhibición en París para celebrar los 50 años del vuelo de Gagarin.
Héroe soviético
"La ventaja de la competencia es que estimula a avanzar rápidamente. Pero lo malo es que una carrera acaba cuando se sabe quién es el ganador", notó, reconociendo que "la cooperación es desafortunadamente más lenta que una competencia".
Además, "la cooperación toma tiempo poner en marcha", dijo Dordain. "Pero la ventaja es que perdura", concluyó.
Cápsula en la que Gagarin dio la vuelta a la Tierra.
Cuando Yuri Gagarin se convirtió en la primera persona en viajar al espacio el 12 de abril de 1961, millones de personas quedaron maravilladas.
Pero una adolescente, contemplando el cielo desde una ventana de una escuela rusa, se quedó petrificada.
Era la sobrina de Yuri, Tamara Filatova, quien por entonces tenía 14 años.
"Réplica de la casa natal de Gagarin"
"Estaba muy preocupada por él", dice, sentada en el pequeño museo dedicado a Gagarin, en la ciudad donde creció el primero de los cosmonautas.
Recuerdo ese día. Estaba en la escuela y el profesor de repente preguntó: 'Tamara, tu tío es piloto, ¿verdad?'. Asentí. '¿Yuri Gagarin?' Respondí que sí. '¿Sabes que está en el espacio?'".
Tamara sólo quería que su tío regresara a la Tierra, y no fue hasta que el maestro anunció más tarde la duración de su viaje, 108 minutos, y que había regresado sano y salvo, que la adolescente pudo respirar con alivio. "Aunque en esa época ya se habían puesto satélites en órbita y se habían enviado animales fuera del planeta, que regresaron más tarde con vida, el espacio era visto todavía como algo temible, muy peligroso, como un abismo negro que fácilmente podía tragarse a alguien", dice Tamara.
Estancia en Londres
Durante su estancia en Londres en 1961 Gagarin fue recibido con todos los honores en el número 10 de Downing Street por el primer ministro británico, a la sazón el conservador Harold McMillan (1894-1986).
En consecuencia, "lo primero que sentí fue una preocupación extrema por alguien a quien quería mucho".
El bárbaro monumento a Gagarin en Moscú.
Primer ciudadano
Filatova es una de las pocas personas del círculo íntimo de Gagarin que está dispuesta a hablar abiertamente sobre la corta pero intensa vida del cosmonauta.
El carismático ruso se transformó en un héroe cuando regresó de su breve viaje al espacio.
Descrito como el primer "ciudadano del mundo", Gagarin fue recibido por igual en el capitalista Estados Unidos y la socialista Francia; fue abrazado por Fidel Castro y presentado a la reina Isabel II.
Walter Sanseviero (secretario general de la Unión de la Juventud Comunista de Uruguay y su esposa René Scariato (segundo y tercera desde la izquierda) flanqueados por Yuri Gagarin y Tiachenliko (secretario general del Komsomol, UJC soviética) y su esposa en ambos extremos de la imagen.
Pese a todo, pocos son los detalles que se conocen de los primeros años de Gagarin, sobre todo los de su infancia en un área rural, eclipsada por la Segunda Guerra Mundial.
En presencia de su esposa Valentina, Gagarin estrecha la mano del primer ministro de la India Jawaharlal Nehru
Niño de campo
El pequeño pueblo de Klushino, rodeado de extensos campos, se encuentra a unos 200 kilómetros de Moscú.
Se pueden ver gallinas cacareando alrededor de casas de madera y tractores desplazándose como en muchos otros poblados de Rusia. Pero aquí, en medio de una calle de asfalto maltrecho, un cartel anuncia: "Hogar del primer cosmonauta".
De arriba a abajo: Valentina Gagarina (esposa de Yuri), Gagarin y la primera cosmonauta Valentina Tereshkova.
Klushino no parece exactamente el lugar de nacimiento de una leyenda.
Lo único que nos hace recordar que en este pueblo creció el cosmonauta es ese letrero descuidado, con la pintura descolorida, y una vieja casa de una planta, que es la réplica exacta de donde vivía la familia de Yuri antes de trasladarse a la cercana ciudad de Gzhatsk, ahora llamada Gagarin.
No sólo la familia se llevó consigo todas sus pertenencias, sino también las paredes y los techos de la vivienda. El padre de Gagarin desmanteló completamente la casa y la reconstruyó en Gzhatsk.
Una réplica de la vivienda original fue construida en Klushino en 1971 y se convirtió en un museo, que es atendido por Nadezhda Yakovleva desde hace más de 30 años.
De izquierda a derecha, los cuatro primeros cosmonautas del programa Vostok entre 1961 y 1962: Yuri Gagarin (Vostok 1), Andrián Nikolayev (Vostok 3), Pavel Popóvich (Vostok 4) y Guerman Titov (Vostok 2), segundo hombre en el espacio en 1961 antes del primer vuelo orbital tripulado de EEUU (John Glenn, 1962).
El museo en Klushino nunca ha sido financiado por el gobierno, dice ella.
La familia y los amigos del cosmonauta, así como un puñado de vecinos, han hecho lo mejor que han podido para conservar el edificio, explica Yakovleva.
Yuri juega en su casa con sus dos hijas, Lena y Galya (c. 1962)
La falta de apoyo tal vez explique la ausencia de turistas. Llegar a Klushino es difícil: no hay caminos adecuados ni infraestructura para recibir a los visitantes, y nunca se ha hecho campaña publicitaria para llamar la atención sobre el pueblo.
Los tres pioneros del Cosmos: Yuri Gagarin junto a los cosmonautas soviéticos Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio (Vostok 6, 1963) y Alexei Leonov, el primer hombre que realizó un paseo espacial extravehicular (Vosjod 2, 1965).
"Yuri era un chico alegre, amante de la diversión", comenta Yakovleva, quien ha pasado muchos años estudiando la vida del cosmonauta y su familia, incluso a través de testimonios.
"La familia vivió aquí desde 1933 hasta 1945. Su padre era carpintero y su madre, lechera".
Los cosmonautas de los programas Vostok y Vosjod (circa 1965), todos con la estrella dorada de Héroe/Heroína de la Unión Soviética. De izquierda a derecha: Gagarin, Titov (segundo hombre en órbita), Nikolaev, Popovich, Bykowski, Tereshkova (primera mujer en el espacio), Feoktistov, Komarov, Yegorov, Belyaev y Leonov (primer hombre en realizar un paseo espacial extravehicular).
"Choza de barro"
La familia -como muchas de la época- se vio conmocionada por la Segunda Guerra Mundial.
Yuri había comenzado la escuela cuando el ejército alemán invadió Klushino en noviembre de 1941.
Yuri Gagarin durante su visita a Dinamarca en 1962.
Muchos pobladores fueron obligados a abandonar sus hogares y la familia Gagarin tuvo que cederle la vivienda a un oficial bávaro.
"Se les permitió quedarse pero detrás de la casa, donde cultivaban verduras", explica Yakovleva, mientras señala un pedazo de tierra que ahora está vallado.
"Construyeron una pequeña choza de barro, donde vivieron toda la ocupación alemana: un año y nueve meses".
La réplica de esta vivienda precaria no tiene más de tres por tres metros; contiene una pequeña mesa, dos literas estrechas donde dormían los padres y sus dos hijos mayores, y un calentador que también podría ser utilizado como cama.
El joven Yuri Gagarin en una curiosa foto captada en sus tiempos de obrero metalúrgico, en la segunda mitad de la década de 1950.
Incluso después de la invasión nazi, los escolares utilizaban cartuchos de municiones para aprender a sumar y restar por falta de suministros básicos.
Camino al espacio
A principios de 1946, cuando el futuro cosmonauta tenía 13 años, la familia se trasladó a Gzhatsk.
"Interior de la casa natal de Gagarin"
Allí Elena Kozlova le enseñó botánica a Gagarin. "No era su asignatura favorita, pero se la tomó tan en serio como la física y la matemática, sus preferidas", comenta su ex maestra de 91 años.
Gina Lollobrigida
La diva cinematográfica italiana Gina Lollobrigida besa a Yuri en 1962 (Festival Internacional de Cine de Melbourne, Australia)
A Gagarin le gustaba hacer bromas, añade, pero siempre lograba que le perdonaran sus travesuras.
"Nadie era capaz de resistir su sonrisa. Y le gustaba mucho a las chicas".
Kozlova explica que fue en sexto grado cuando Yuri ingreso a un club de una escuela de aviación y comenzó a soñar con volar.
Aunque su primer trabajo fue como fundidor, consiguió matricularse en el Colegio Técnico de Saratov, donde aprendió a pilotar un avión ligero.
Yuri Gagarin se dirige a los egipcios que abarrotaron el Estadio de El Cairo para recibirle a principios de 1962
Como manifiesta Filatova, la sobrina de Gagarin, "cuando era estudiante (de Saratov) no tenía mucho dinero y debió trabajar a medio tiempo como estibador en el río Volga. El dinero lo usaba para comprar obsequios a su familia".
"Mi primer regalo importante, una bicicleta, me lo hizo él".
Con los pies en la tierra
En 1955, Yuri Gagarin entró en la Escuela de Pilotos de Oremburgo y, al graduarse, ingresó a la Fuerza Aérea Soviética como teniente.
Era en el grupo de los mejores pilotos que se seleccionaba a los potenciales cosmonautas.
"Preparativos para celebrar el 50º aniversario del primer vuelo del hombre al espacio"
Yuri tenía apenas 27 años cuando despegó en el primer vuelo espacial tripulado.
"Fue un día muy importante para todos", recuerda Kozlova, su maestra.
"Cerraron la escuela durante tres días; hubo celebraciones en todas partes".
En una visita a su ex escuela, "se acercó a mí y su primera pregunta fue: '¿Cómo están tus niñas?'. Esto me conmovió profundamente. Pensé: 'Dios mío, es mundialmente famoso pero se acordó de preguntar por mis hijos'".
En esa ocasión, "los profesores no sabían cómo dirigirse a él hasta que uno dijo: 'Ven por favor, señor Gagarin".
Al oír esto, "él se rió y respondió: '¿Señor Gagarin? Para todos ustedes, siempre voy a ser simplemente Yuri'".
Pero aunque se empeñara en demostrar que seguía con los pies en la tierra, la vida de Gagarin había cambiado para siempre.
Vuelo final
Después de su hazaña, el cosmonauta continuó con su formación. Le interesaba mejorar sus habilidades como piloto para, al final, embarcarse en un vuelo fatídico del que nunca regresaría.
"Se suponía que debía volver (a Ghatsk) para el cumpleaños de su padre, el 30 marzo de 1968. Él solía venir a celebrar los cumpleaños de sus padres", recuerda Tamara Filatova.
Sin embargo, "tres días antes del festejo, el 27 de marzo, murió en un accidente aéreo".
No está claro lo que salió mal en el vuelo y por qué Gagarin y su copiloto, Vladimir Seregin, no fueron eyectados del MiG-15 antes de que la nave golpeara el suelo a 600 kilómetros por hora.
El 27 de marzo de 1968, el mundo conoció la noticia de la trágica muerte de Yuri Gagarin, primer cosmonauta de la historia. Los expertos discrepan hasta hoy sobre las causas de ese accidente aéreo, pero todos coinciden en fue una muerte absurda.
Las teorías abundan. Una sostiene que otro avión -volando por debajo de su altitud mínima- provocó una turbulencia que hizo que los pilotos perdieran el control de su aparato.
El accidente también dio lugar a otras teorías conspirativas que van desde las acusaciones de que Gagarin estaba borracho hasta las sugerencias de que lo mataron deliberadamente, a raíz de una disputa con el líder soviético Leonid Brezhnev.
Para Tamara Filatova, estas versiones tienen poco significado. Para ella, lo único que importa es que alguien muy querido falleció el 27 de marzo de 1968.
"Han pasado muchos años desde que murió, pero todavía no puedo aceptarlo", asegura.
"Y hay algo que me pone muy triste: que no lo veo en mis sueños".
Así era el hombre que hace 50 años se convirtió en el primer ser humano en llegar al espacio
Yuri Gagarin al interior de la nave espacial Vostok I que lo convirtió en el primer hombre en llegar al espacio el 12 de abril de 1961
Yuri Alekséyevich Gagarin (en ruso: Ю́рий Алексе́евич Гага́рин; Klúshino, Unión Soviética, 9 de marzo de 1934 - Novosyolovo, Unión Soviética, 27 de marzo de 1968) fue un cosmonauta soviético. El 12 de abril de 1961, Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio, al hacerlo a bordo de la nave Vostok 1. Aventurarse en el espacio, hasta entonces vedado al hombre, el joven cosmonauta Yuri Gagarin rompió barreras psicológicas, obligando a la humanidad a mirar más allá de los nacionalismos y a su lugar en el cosmos. Yuri era el tercero de cuatro hermanos; de padre carpintero, su hermana mayor fue la encargada de cuidarle mientras sus padres trabajaban. A Gagarin le describían como un chico inteligente y trabajador. Su profesor de matemáticas luchó con el Ejército Rojo del Aire durante la Gran Guerra Patria, un hecho que impresionó al joven Gagarin.
La cápsula del Vostok 1 en tierra
Yuri fue obrero metalúrgico hasta 1954, año en que se apunta en el aeroclub de la ciudad de Sarátov. Aprendió a pilotar un avión ligero, una afición que cada vez se hizo más intensa. En 1955, tras finalizar sus estudios técnicos, entró en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo. Durante su estancia en la escuela conoció a Valentina Goricheva con la que se casó en 1957 después de conseguir sus alas de piloto. En 1959 se presenta como candidato al primer vuelo espacial.
Rumbo al espacio
El vuelo de 108 minutos llevado a cabo por Gagarin el 12 de abril de 1961 representó una contundente victoria de propaganda para la Unión Soviética en su batalla con Estados Unidos, al demostrar, según las autoridades soviéticas, "la fortaleza del socialismo".
Pero ese vuelo tuvo repercusiones incluso más profundas en el plano filosófico. Hasta entonces, los humanos sólo habían volteado la mirada hacia el espacio desde la superficie de la Tierra. Ahora, un hombre veía por primera vez el planeta desde arriba.
Gagarin en Londres en julio de 1961
Gagarin, y a través de él, toda la humanidad, pudo contemplar la Tierra sin fronteras políticas, en toda su hermosura, aterradora fragilidad y gran aislamiento.
"¡Veo la Tierra! ¡Es tan hermosa!", exclamó el protagonista de esa aventura, que lo hizo entrar en la leyenda.
La familia Gagarin
La experta Cathleen Lewis, comisaria de programas espaciales internacionales en el museo Smithsonian en Washington, subrayó que, con el tiempo, el vuelo de Gagarin adquirió un significado más profundo, y más vasto.
"Gagarin es visto ahora más como un héroe universal", y no sólo soviético, opinó la experta, en una entrevista telefónica con la AFP.
Antes de partir
En su opinión, uno de los beneficios que dejó ese vuelo, que se produjo en plena Guerra Fría, fue que nuestra comprensión de la Tierra varió, incorporando el hecho de que "es un planeta muy frágil, situado en el medio de la nada".
"Todo el mundo que estuvo pendiente de ese vuelo, astronautas y cosmonautas, hicieron la misma observación: hay un planeta Tierra, que tiene una delgada capa de atmósfera alrededor. No hay fronteras políticas, es un planeta".
En traje de astronauta
Aventajado por su gran rival, Estados Unidos se apresuró para enviar su propio astronauta, Alan Shepard, en un vuelo suborbital, el 5 de mayo de 1961. Pero fue hasta el 20 de febrero de 1962 que el primer estadounidense, John Glenn, le dio la vuelta al planeta.
Siete años después, el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong pisó la Luna, y Estados Unidos se convirtió en el líder indiscutible en el espacio.
El Vostok rumbo al espacio
Como el vuelo de Gagarin, la misión Apollo 11 fue en un primer momento festejada como un triunfo estadounidense.
Pero después, Apollo 11 fortaleció el mismo mensaje subliminal enviado por el vuelo de Gagarin, al demostrar la pequeñez de la Tierra, que se vislumbraba desde arriba como un pequeño espacio de vida, en el gran vacío del espacio.
Junto a Nikita Kruschev
Ante esa imagen, las rivalidades políticas y las pugnas nacionalistas parecían mezquinas.
Seis años después, nació la cooperación internacional, cuando una nave Apollo se unió a una Soyuz soviética para un vuelo espacial de nueve días.
Visita a Londres
Con la excepción de China, esa cooperación ha perdurado, sobre todo debido al alto costo de enviar hombres al espacio, mantenerlos vivos y lograr que regresen sanos y salvos a la Tierra.
"Si regresemos a la Luna un día, no vamos a enviar siete vuelos distintos para los siete socios internacionales en este proyecto, sino que todos van a participar", señaló Michel Tognini, un francés que efectuó tres viajes al espacio en 1990, y que preside ahora el Centro de Astronautas europeo.
El hombre de la hazaña
El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jean-Jacques Dordain, coincidió en destacar que los sesenta fueron unos años importantes en el proceso de aprendizaje del hombre a trabajar juntos en este campo.
"Entre el 12 de abril de 1961 y el 20 de julio de 1969, el espacio era un lugar de competencia", señaló el experto, en ocasión de una exhibición en París para celebrar los 50 años del vuelo de Gagarin.
Héroe soviético
"La ventaja de la competencia es que estimula a avanzar rápidamente. Pero lo malo es que una carrera acaba cuando se sabe quién es el ganador", notó, reconociendo que "la cooperación es desafortunadamente más lenta que una competencia".
Además, "la cooperación toma tiempo poner en marcha", dijo Dordain. "Pero la ventaja es que perdura", concluyó.
Cápsula en la que Gagarin dio la vuelta a la Tierra.
Cuando Yuri Gagarin se convirtió en la primera persona en viajar al espacio el 12 de abril de 1961, millones de personas quedaron maravilladas.
Pero una adolescente, contemplando el cielo desde una ventana de una escuela rusa, se quedó petrificada.
Era la sobrina de Yuri, Tamara Filatova, quien por entonces tenía 14 años.
"Réplica de la casa natal de Gagarin"
"Estaba muy preocupada por él", dice, sentada en el pequeño museo dedicado a Gagarin, en la ciudad donde creció el primero de los cosmonautas.
Recuerdo ese día. Estaba en la escuela y el profesor de repente preguntó: 'Tamara, tu tío es piloto, ¿verdad?'. Asentí. '¿Yuri Gagarin?' Respondí que sí. '¿Sabes que está en el espacio?'".
Tamara sólo quería que su tío regresara a la Tierra, y no fue hasta que el maestro anunció más tarde la duración de su viaje, 108 minutos, y que había regresado sano y salvo, que la adolescente pudo respirar con alivio. "Aunque en esa época ya se habían puesto satélites en órbita y se habían enviado animales fuera del planeta, que regresaron más tarde con vida, el espacio era visto todavía como algo temible, muy peligroso, como un abismo negro que fácilmente podía tragarse a alguien", dice Tamara.
Estancia en Londres
Durante su estancia en Londres en 1961 Gagarin fue recibido con todos los honores en el número 10 de Downing Street por el primer ministro británico, a la sazón el conservador Harold McMillan (1894-1986).
En consecuencia, "lo primero que sentí fue una preocupación extrema por alguien a quien quería mucho".
El bárbaro monumento a Gagarin en Moscú.
Primer ciudadano
Filatova es una de las pocas personas del círculo íntimo de Gagarin que está dispuesta a hablar abiertamente sobre la corta pero intensa vida del cosmonauta.
El carismático ruso se transformó en un héroe cuando regresó de su breve viaje al espacio.
Descrito como el primer "ciudadano del mundo", Gagarin fue recibido por igual en el capitalista Estados Unidos y la socialista Francia; fue abrazado por Fidel Castro y presentado a la reina Isabel II.
Walter Sanseviero (secretario general de la Unión de la Juventud Comunista de Uruguay y su esposa René Scariato (segundo y tercera desde la izquierda) flanqueados por Yuri Gagarin y Tiachenliko (secretario general del Komsomol, UJC soviética) y su esposa en ambos extremos de la imagen.
Pese a todo, pocos son los detalles que se conocen de los primeros años de Gagarin, sobre todo los de su infancia en un área rural, eclipsada por la Segunda Guerra Mundial.
En presencia de su esposa Valentina, Gagarin estrecha la mano del primer ministro de la India Jawaharlal Nehru
Niño de campo
El pequeño pueblo de Klushino, rodeado de extensos campos, se encuentra a unos 200 kilómetros de Moscú.
Se pueden ver gallinas cacareando alrededor de casas de madera y tractores desplazándose como en muchos otros poblados de Rusia. Pero aquí, en medio de una calle de asfalto maltrecho, un cartel anuncia: "Hogar del primer cosmonauta".
De arriba a abajo: Valentina Gagarina (esposa de Yuri), Gagarin y la primera cosmonauta Valentina Tereshkova.
Klushino no parece exactamente el lugar de nacimiento de una leyenda.
Lo único que nos hace recordar que en este pueblo creció el cosmonauta es ese letrero descuidado, con la pintura descolorida, y una vieja casa de una planta, que es la réplica exacta de donde vivía la familia de Yuri antes de trasladarse a la cercana ciudad de Gzhatsk, ahora llamada Gagarin.
No sólo la familia se llevó consigo todas sus pertenencias, sino también las paredes y los techos de la vivienda. El padre de Gagarin desmanteló completamente la casa y la reconstruyó en Gzhatsk.
Una réplica de la vivienda original fue construida en Klushino en 1971 y se convirtió en un museo, que es atendido por Nadezhda Yakovleva desde hace más de 30 años.
De izquierda a derecha, los cuatro primeros cosmonautas del programa Vostok entre 1961 y 1962: Yuri Gagarin (Vostok 1), Andrián Nikolayev (Vostok 3), Pavel Popóvich (Vostok 4) y Guerman Titov (Vostok 2), segundo hombre en el espacio en 1961 antes del primer vuelo orbital tripulado de EEUU (John Glenn, 1962).
El museo en Klushino nunca ha sido financiado por el gobierno, dice ella.
La familia y los amigos del cosmonauta, así como un puñado de vecinos, han hecho lo mejor que han podido para conservar el edificio, explica Yakovleva.
Yuri juega en su casa con sus dos hijas, Lena y Galya (c. 1962)
La falta de apoyo tal vez explique la ausencia de turistas. Llegar a Klushino es difícil: no hay caminos adecuados ni infraestructura para recibir a los visitantes, y nunca se ha hecho campaña publicitaria para llamar la atención sobre el pueblo.
Los tres pioneros del Cosmos: Yuri Gagarin junto a los cosmonautas soviéticos Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio (Vostok 6, 1963) y Alexei Leonov, el primer hombre que realizó un paseo espacial extravehicular (Vosjod 2, 1965).
"Yuri era un chico alegre, amante de la diversión", comenta Yakovleva, quien ha pasado muchos años estudiando la vida del cosmonauta y su familia, incluso a través de testimonios.
"La familia vivió aquí desde 1933 hasta 1945. Su padre era carpintero y su madre, lechera".
Los cosmonautas de los programas Vostok y Vosjod (circa 1965), todos con la estrella dorada de Héroe/Heroína de la Unión Soviética. De izquierda a derecha: Gagarin, Titov (segundo hombre en órbita), Nikolaev, Popovich, Bykowski, Tereshkova (primera mujer en el espacio), Feoktistov, Komarov, Yegorov, Belyaev y Leonov (primer hombre en realizar un paseo espacial extravehicular).
"Choza de barro"
La familia -como muchas de la época- se vio conmocionada por la Segunda Guerra Mundial.
Yuri había comenzado la escuela cuando el ejército alemán invadió Klushino en noviembre de 1941.
Yuri Gagarin durante su visita a Dinamarca en 1962.
Muchos pobladores fueron obligados a abandonar sus hogares y la familia Gagarin tuvo que cederle la vivienda a un oficial bávaro.
"Se les permitió quedarse pero detrás de la casa, donde cultivaban verduras", explica Yakovleva, mientras señala un pedazo de tierra que ahora está vallado.
"Construyeron una pequeña choza de barro, donde vivieron toda la ocupación alemana: un año y nueve meses".
La réplica de esta vivienda precaria no tiene más de tres por tres metros; contiene una pequeña mesa, dos literas estrechas donde dormían los padres y sus dos hijos mayores, y un calentador que también podría ser utilizado como cama.
El joven Yuri Gagarin en una curiosa foto captada en sus tiempos de obrero metalúrgico, en la segunda mitad de la década de 1950.
Incluso después de la invasión nazi, los escolares utilizaban cartuchos de municiones para aprender a sumar y restar por falta de suministros básicos.
Camino al espacio
A principios de 1946, cuando el futuro cosmonauta tenía 13 años, la familia se trasladó a Gzhatsk.
"Interior de la casa natal de Gagarin"
Allí Elena Kozlova le enseñó botánica a Gagarin. "No era su asignatura favorita, pero se la tomó tan en serio como la física y la matemática, sus preferidas", comenta su ex maestra de 91 años.
Gina Lollobrigida
La diva cinematográfica italiana Gina Lollobrigida besa a Yuri en 1962 (Festival Internacional de Cine de Melbourne, Australia)
A Gagarin le gustaba hacer bromas, añade, pero siempre lograba que le perdonaran sus travesuras.
"Nadie era capaz de resistir su sonrisa. Y le gustaba mucho a las chicas".
Kozlova explica que fue en sexto grado cuando Yuri ingreso a un club de una escuela de aviación y comenzó a soñar con volar.
Aunque su primer trabajo fue como fundidor, consiguió matricularse en el Colegio Técnico de Saratov, donde aprendió a pilotar un avión ligero.
Yuri Gagarin se dirige a los egipcios que abarrotaron el Estadio de El Cairo para recibirle a principios de 1962
Como manifiesta Filatova, la sobrina de Gagarin, "cuando era estudiante (de Saratov) no tenía mucho dinero y debió trabajar a medio tiempo como estibador en el río Volga. El dinero lo usaba para comprar obsequios a su familia".
"Mi primer regalo importante, una bicicleta, me lo hizo él".
Con los pies en la tierra
En 1955, Yuri Gagarin entró en la Escuela de Pilotos de Oremburgo y, al graduarse, ingresó a la Fuerza Aérea Soviética como teniente.
Era en el grupo de los mejores pilotos que se seleccionaba a los potenciales cosmonautas.
"Preparativos para celebrar el 50º aniversario del primer vuelo del hombre al espacio"
Yuri tenía apenas 27 años cuando despegó en el primer vuelo espacial tripulado.
"Fue un día muy importante para todos", recuerda Kozlova, su maestra.
"Cerraron la escuela durante tres días; hubo celebraciones en todas partes".
En una visita a su ex escuela, "se acercó a mí y su primera pregunta fue: '¿Cómo están tus niñas?'. Esto me conmovió profundamente. Pensé: 'Dios mío, es mundialmente famoso pero se acordó de preguntar por mis hijos'".
En esa ocasión, "los profesores no sabían cómo dirigirse a él hasta que uno dijo: 'Ven por favor, señor Gagarin".
Al oír esto, "él se rió y respondió: '¿Señor Gagarin? Para todos ustedes, siempre voy a ser simplemente Yuri'".
Pero aunque se empeñara en demostrar que seguía con los pies en la tierra, la vida de Gagarin había cambiado para siempre.
Vuelo final
Después de su hazaña, el cosmonauta continuó con su formación. Le interesaba mejorar sus habilidades como piloto para, al final, embarcarse en un vuelo fatídico del que nunca regresaría.
"Se suponía que debía volver (a Ghatsk) para el cumpleaños de su padre, el 30 marzo de 1968. Él solía venir a celebrar los cumpleaños de sus padres", recuerda Tamara Filatova.
Sin embargo, "tres días antes del festejo, el 27 de marzo, murió en un accidente aéreo".
No está claro lo que salió mal en el vuelo y por qué Gagarin y su copiloto, Vladimir Seregin, no fueron eyectados del MiG-15 antes de que la nave golpeara el suelo a 600 kilómetros por hora.
El 27 de marzo de 1968, el mundo conoció la noticia de la trágica muerte de Yuri Gagarin, primer cosmonauta de la historia. Los expertos discrepan hasta hoy sobre las causas de ese accidente aéreo, pero todos coinciden en fue una muerte absurda.
Las teorías abundan. Una sostiene que otro avión -volando por debajo de su altitud mínima- provocó una turbulencia que hizo que los pilotos perdieran el control de su aparato.
El accidente también dio lugar a otras teorías conspirativas que van desde las acusaciones de que Gagarin estaba borracho hasta las sugerencias de que lo mataron deliberadamente, a raíz de una disputa con el líder soviético Leonid Brezhnev.
Para Tamara Filatova, estas versiones tienen poco significado. Para ella, lo único que importa es que alguien muy querido falleció el 27 de marzo de 1968.
"Han pasado muchos años desde que murió, pero todavía no puedo aceptarlo", asegura.
"Y hay algo que me pone muy triste: que no lo veo en mis sueños".