A veces veo cosas buenas o conozco gentes buenas.
Sobre todo en el tema de conocer a un hombre bueno, de esos que parece que merece la pena conocer, me pregunto cosas.
¿La vida y las experiencias negativas nos conducen al miedo, o somos nosotr@s quienes nos aferramos a la desconfianza como tabla de salvación para evitar riesgos?
¿En que momento dejamos de ser valientes para la aventura?
¿O tal vez es lógico que el tiempo nos haga cautelosos en todos los aspectos?
En resumen, pienso que evitando el riesgo, evito es sufrimiento, pero muchas veces siento que me he quedado estancada esperando el final y como el final de una forma u otra va a llegar, ¿debería arriesgarme en algo?
Pero la verdad, de las verdades es que tengo el miedo a las molestias y al sufrimiento instalado en los huesos y en la piel y ya no digamos en la mente.
COLINA