Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas,
He sentido el otoño; sus achaques de viejo
Me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
Que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.
¡Que curioso destino! Me ha golpeado a las puertas
En plena primavera para brindarme nieve
Y mis manos se hielan bajo la presión leve
De cien rosas azules sobre sus dedos muertas.
Ya me siento invadida totalmente de hielo;
Castañean mis dientes mientras el sol, afuera,
Pone manchas de oro, tal como en primavera,
Y ríe en la ensondada profundidad del cielo.
Y lloro lentamente, con un dolor maldito
Con un dolor que pesa sobre mis fibras todas,
¡Oh, la pálida muerte que me ofrece sus bodas
Y el borroso misterio cargado de infinito!
¡Pero yo me rebelo! ¿Cómo esta forma humana
Que costó a la materia tantas transformaciones
Me mata, pecho adentro, todas las ilusiones
Y me brinda la noche casi en plena mañana?
Alfonsina Storni