Ascención
¡ Dos alas … quién tuviera dos alas para el vuelo …! Ésta tarde, en la cumbre, casi las he tenido. ¡Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido, que si no fuera un mar, bien sería otro cielo …!
Cumbres, divinas cumbres, excelsos miradores … ¡ Qué pequeños los hombres! No llegan los rumores de allá abajo, del cieno: ni el grito horripilante con que aúlla el deseo: ni el clamor desbordante de las malas pasiones …Lo rastrero no sube; esta cumbre es el reino del pájaro y la nube …
Aquí he visto una cosa muy dulce y muy extraña, como es la de haber visto llorando una montaña … el agua brota lenta, y en su remanso brilla la luz: un ternerito viene y luego se arrodilla al borde del estanque , y al doblar la testuz, por beber agua limpia, bebe agua y bebe luz …
¡ Y luego se oye un ruido por lomas y floresta, como si una tormenta rodara por la cuesta; animales que vienen con una fiebre extraña a beberse las lágrimas que llora la montaña …! Va llegando la noche . Ya no se mira el mar. Y qué asco y qué tristeza, comenzar a bajar …
¡ Quién tuviera dos alas, dos alas para el vuelo! ¡ Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido, con el loco deseo de haberlas extendido sobre aquel mar dormido que parecía un cielo! Un río entre verdores se pierde a mis espaldas, Como un hilo de plata que enhebrara esmeraldas …
ALFREDO ESPINO (El Salvador)
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