Francisco Álvarez Hidalgo
"Hoy huele a primavera.
Tibio el sol, humedad sobre las ramas
del naranjal, y en eclosión las rosas.
Despliegan mis deseos su bandera,
y al decirme tu amor, estallo en llamas,
o hay un rugido en mí, o hay mariposas."
Brevería Nº 2840
La mayoría de los libros son
repertorio de ideas en neblina,
en torno a cuyo erial se arremolina
carnaval de palabras en acción.
Donde la idea en nimiedad naufraga,
el vocablo navega a toda vela;
y el lector, abatido, se consuela
con el vino que endulza, mas no embriaga.
Brevería Nº 2851
Vida
No he vivir urdiéndome un futuro
cuya arribada ignoro; ni en lamento
del ayer muerto ya; su complemento
de gozo y llanto es por igual oscuro.
Fueron vida, ya no; se ha alzado un muro
vedando nuestro acceso, y no lo intento;
vivir no es más que el singular momento
que percibo en mis manos, y capturo.
Observo, escucho, delibero y hago;
si en este mar minúsculo naufrago,
en otro igual me repondré mañana.
¿No tiene asaz cuidados el presente?
¿Cómo se ha de vivir lo inexistente?
¿Quién, de lo que no tiene, se engalana?
Escuchar
¿Entiendes lo que digo, o aparentas
escuchar, mientras ávida elabora
tu razón la respuesta turbadora
que arriba a conclusiones fraudulentas?
Son las palabras bastas herramientas
con que tallar ideas; incorpora
su valor quien escucha, y lo evapora
quien no oye más que voces soñolientas.
Muchos saben oír, escuchar, pocos.
Oyen los necios, y también los locos,
presta atención el docto, y se enriquece,
pues repta la verdad entre sonidos.
Los menos la descubren, y sus ruidos
es lo único que a tantos abastece.
Soledad
La soledad, si impuesta, desmorona
cada obelisco o símbolo erigido
a los dioses internos, que han huído
cada vez que el dolor nos conmociona.
Hay otra soledad que no aprisiona,
sino más bien libera, al elegido,
por ser él quien la llama; ni hay olvido,
ni espíritu, ni cuerpo, que abandona.
En esta soledad enriquecemos
nuestro íntimo arsenal, que enflaquecemos
en aquélla de origen turbador;
y que podrá vencer, iridiscente,
la llama incombustible de la mente,
rompiendo sobre ti en luz y calor.
Amor
Amar no es de razón, es de locura,
desafío a las leyes naturales,
aunque los actos más irracionales
se revisten a veces de cordura.
No hay lógica en amor, su arquitectura
no se ajusta a las normas oficiales,
es de improvisación, y sus rituales
surgen entre experiencia y conjetura.
Es inútil seguir sendas trazadas;
el camino lo harán nuestras pisadas,
para volver sobre las propias huellas.
Actividad de dioses, los amores
hacen de criaturas creadores,
dándonos un lugar en las estrellas.
Matrimonio
Es cada cónyuge feliz atleta
tras el pistoletazo de salida,
mas en la áspera pista de la vida
rara vez logra coronar la meta.
Se le agotan las fuerzas, se le agrieta
la voluntad, y con la fe perdida,
ve al consorte, cortado a su medida,
como extraño detrás de una careta.
El estado feliz del optimista
tórnase ambiguo, luego derrotista,
y un muro lentamente los divide.
Y ambos arrastrarán su desventura,
o alguien opte tal vez por la ruptura
que adormecida en cada unión reside.
Madurez
Camina por la vida a paso lento,
la euforia, no la prisa, de la mano,
que no se obtiene madurez, hermano,
por acopio de edad, mas de talento.
La juventud es más un elemento
que mera fase del quehacer humano;
no la definen años ni el lozano
festival de la piel, sino el intento.
La juventud de espíritu convive
con cualquier otra edad, y no hay declive
de la vitalidad, ni deterioro.
Quien joven se mantiene, aunque marchito,
hará en sí realidad el viejo mito
de la primaveral edad de oro.