Del blog Facebook del amigo Marcelo Antonio Pizarro (Vive en Palma de Maiorca - España - Ciudad de nacimiento La Plata, Buenos Aires - Argentina)

Y al fondo,Buenos Aires ...

24 febbraio 2014

 

Una de las caracteristicas de la muy acogedora ciudad de Buenos Aires es que no resulta extraña a un visitante español. No solo por el paisaje ,sino también por el aspecto del paisanaje,uno cree que esta en cualquier ciudad de España.Ello no ocurre en otras capitales iberoamericanas como Lima,Bogotá,Rio o México que también son ciudades interesantes,pero uno sabe que está en el extranjero por como son los habitantes que las pueblan o por los nombres de los lugares y los lugares en sí mismos.No es así en la capital argentina,en la que los cafés nos recuerdan a los madrileños,los edificios a los barceloneses o sus pobladores a los vallisoletanos.El porteño es a veces acogedor,rápido,listillo,con picardía ,con gestos mediterraneos propios de la ribera italiana y el lenguaje algo dispar con connotaciones muchas veces pegadas a modismos que van cambiando  de tanto en tanto.Quién ama la capital argentina lo hace desde la intensidad de enamorado pletorico.Borges solía decir que amaba tanto a  Buenos Aires que incluso le molestaba que la amaran otros,celoso propietario del amor urbano.No es una ciudad monumental con historia milenaria,es la ciudad en la que cualquier sorpresa te espera a la vuelta de la esquina ante el resplandor de su habitantes ,condenados a un inexplicable malditismo histórico. Argentina no ha desarrollado la suerte que se esperaba pudiera convertirla en la gran potencia del hemisferio sur.Lo ha impedido su clase gestora y política ,poseedora de los más densos defectos repartidos en un par de siglos.San Martín libera los territorios,Mitre los unifíca,Irigoyen impulsa  la clase media.Luego todo comienza a tambalearse.Uriburu comienza el baile que da inicio a más de 50  años de golpes militares que hacían imposible la estabilidad.Argentina era en los años 50 el granero del mundo  y la despensa de Europa,una Europa deprimida por las guerras.Podría haber sido siempre autosuficiente,gracias a la inmigración que alentaba al trabajo y el crecimiento y que parecía resultar imparable.Era el futuro.Pero lo fue poco tiempo.El terrorismo de Estado de las juntas militares de los setenta acabó por demoler un país en el cual en pocos años pasó de una pobreza del cinco por ciento a otra del cuarenta y cinco.-Y fue una época de resignación de los argentinos al ver su país como un lugar imposible para las politicas estables y serenas,inteligentes y con planes a largo plazo.Pasó de una epoca de llegada de inmigrantes en masa como también contempló a sus moradores huir desencantados a otros paises lejanos.Aconsejo visionar una pelicula documental " La republica perdida " que se puede ver completa en you tube para comprender el zigzag de la historia local.- Entiendo a aquellos que dejaron la pobreza en la vieja Europa para encontrar la tierra prometida más allá de los mares.Entiendo la fascinación al remontar el río de La Plata y llegar al puerto de brazos abiertos que siempre había sido Buenos Aires.Siempre me alegro cuando regreso a ella,pero no me canso de lamentar su injusto destino.- 

 

 

 

 

Marcelo Antonio Pizarro

 

10 octubre 2014

 

Señora Presidente: el enfado no es buen consejero,el que se enfada pierde. Cada vez que Ud aparece anunciando algo, no deja pasar la oportunidad de manifestar su fastidio, su mal humor, su bronca contra todos los “supuestos” enemigos de la Patria o sea, contra todo aquel que no coincida con su línea de pensamiento, contra todo aquel que no asienta obedientemente y aplauda sus dichos. Nadie está conspirando Sra Presidente. Todos quieren que el país salga adelante, Ud se marchará el año que viene, pero los ciudadanos, los votantes, seguiran ahí, sobrellevando la pesada herencia de esa gestión, intentando revertir situaciones que agobian: la inseguridad, la inflación, el desempleo, la precariedad de la salud pública, la educación degradada, el avance del narcotráfico. A nadie le sirve que Ud se enfade, amenace y despotrique. Y a Ud menos que a nadie. No es prudente echar leña al fuego ni crispar los ánimos ya caldeados. Humildemente le pediría que se tranquilice, que se sosiegue, por el bien de todos Sra Presidente.-

 Fenice