Oh Madre Reina de nuestros corazones Virgen del Rosario,
Yo me consagro a tí en este día prometo
ser instrumento de definición del camino
hacia tu amadísimo hijo, y pongo a tu servicio todo mi cuerpo,
mi energía, mi alma y en fin,
todo cuanto poseo para peregrinar
hacia la plenitud viviendo en tus virtudes,
promulgando tu nombre como Madre
del verdadero camino hacia el Padre.
Amén.
PALABRAS A LA VIRGEN MARIA
Qué bonito sería si nadie te rechazara, si todo el mundo te amara, a tí Virgen María; y en cada amanecer todos te saludaran con el Ave María.
¡Qué bonito sería! Y al anochecer en todos los hogares, rezando el rosario, juntos en familia…
¡Qué bonito, qué bonito sería! Pero por desgracia, tantos te rechazan y hasta te calumnian y creen que con eso dan honor a Dios, y van por el mundo con la frente en alto, repitiendo a voces…
¡Señor, Señor… contigo todo, pero con tu madre NO! Si pudieran contemplar cara a cara al Señor, en ella encontrarían una queja de dolor y llegaría a sus oídos el eco triste de su voz…
¿Por qué se empeñan en separarnos a los dos, si donde se encuentra ella, allí me encontraré YO?… ¿Por qué me la hieren tanto, no comprenden mi dolor… si ella me llevó en su vientre; con su sangre me alimentó?
Su corazón y el mío son un mismo corazón… si la desprecian a Ella, el despreciado soy Yo.