Ingrata soledad que me acompaña,
se resiente el pasado
en cada instante.
Sueños quedan dormidos en el alma;
risas revolotean por el aire.
Yo que nunca estuve sola
ni en la callada tarde…
Fui pispireta, divertida,
incluso apasionante,
rodeada de gente todos los días:
la familia querida te acompaña…
Y ahora sola en un rincón,
como una araña.
Tejo solo por matar el tiempo,
entre paredes que me conocen
más que nadie.
Esperando a la noche
que me inunde entre sueños
que me hagan sentirme viva.
Pero al abrir mis ojos
en la mañana y el Sol recorre
el rostro de mi vida,
doy gracias por un nuevo día.
JUANITA
