Cafetín de Buenos Aires es un tango argentino con letra de Enrique Santos Discépolo y música de Mariano Mores. Se lo considera una composición «medular de la historia de la ciudad» de Buenos Aires, uno de los llamados «tangos fundamentales»,o «tangos de oro». Se trata de un tango que suma la experiencia directa propia más el intercambio de experiencias de café como una alternativa a la ciencia positiva.
Cafetín de Buenos Aires fue compuesto para una escena de la película Corrientes, calle de ensueños, en la que Mariano Mores actuaría como galán. Él le pasó la melodía a Enrique Santos Discépolo al tiempo que le encargaba la letra con el plazo de una semana, encargo que este compositor cumplió.
Fue uno de los últimos tangos escritos por Discépolo y se hizo famoso en varias versiones ya antes del estreno de la película en septiembre de 1949.
La letra del tango es de Enrique Santos Discépolo (Buenos Aires, 27 de marzo de 1901 - Buenos Aires, 23 de diciembre de 1951), compositor, músico, dramaturgo y cineasta también conocido como Discepolín, hermano del destacado director teatral y dramaturgo Armando Discépolo.
La música del tango es de Mariano Mores, cuyo nombre real es Mariano Alberto Martínez (Buenos Aires, 18 de febrero de 1918- 13 de abril de 2016), músico pianista, compositor y director de orquesta de tango, autor de varias de las obras del género más difundidas.
El binomio Mores-Discépolo repitió en este caso la colaboración que originó otras obras memorables, como el tango Uno, por ejemplo.
El tango expresa una filosofía de vida del argentino medio, de la calle y la noche, vista desde las mesas del café «que nunca preguntan». Muchos poetas del tango escribieron y buscaron inspiración en bares de Buenos Aires y, por ello, también les dedicaron canciones. Dentro de esa temática Cafetín de Buenos Aires ocupa un lugar destacado y el lenguaje popular incorporó frases extraídas de su letra, como, por ejemplo, «la ñata contra el vidrio», y «los sabihondos y suicidas». Su letra habla del recuerdo de las cosas del pasado (de la infancia, de la madre) y de los amigos «…Me diste en oro un puñado de amigos…». En pocas palabras describe varios personajes:
«José, el de la quimera...
Marcial, que aún cree y espera...
y el flaco Abel que se nos fue pero aún me guía...»
La letra refiere además al poeta-narrador, que dice de sí mismo:
«…yo aprendí filosofía... dados... timba...
y la poesía cruel
de no pensar más en mí.»
y también:
«…lloré una tarde el primer desengaño,
nací a las penas,
bebí mis años
y me entregué sin luchar.»
Como en otras composiciones de Enrique Santos Discépolo, se valora la constitución de un lenguaje propio y singular, y el laborioso y subyacente ejercicio de escritura.
Así lo señala el poeta, ensayista, narrador y periodista Alberto Cousté:
Quienes le conocieron sabían que detrás de ese arabesco, había algo más que fuegos de artificio: la empecinada búsqueda de una palabra -para concluir el Tango "Uno", demoró un año por un verso que no lo conformaba y cuya verdadera versión «estaba en alguna parte»-, la obsesión por los temas, la reiterada tristeza, el esfuerzo que le significó ir encontrando su idioma, que puede rastrearse desde los lunfardismos de "Qué vachaché", hasta los ceñidos rigores de "Uno y Cafetín de Buenos Aires".
Alberto Cousté, citado por Mariana
Este tango fue interpretado entre otros por Tania, Edmundo Rivero,Alberto Marino, Nelly Omar, Fontan Luna, Enrique Lucero, Héctor de Rosas, Roberto Goyeneche Otras grabaciones fueron de Julio Sosa, Enrique Dumas, Guillermo Fernández, Andrés Calamaro y Juan Carlos Baglietto, entre otros, además de las realizadas en Latinoamérica y en países de otras áreas geográficas, traducida a otros idiomas como el portugués, alemán e italiano.
Otros tangos fueron dedicados a cafés destacados de Buenos Aires, como el dedicado al bar de Balvanera Café de los Angelitos, de Cátulo Castillo y José Razzano, compuesto en 1944, y Viejo Café Tortoni dedicado al café Tortoni en 1981 por Eladia Blázquez (música) y Héctor Negro (letra). Un local se hizo conocido gracias al tango: Café La Humedad, ubicado en la esquina de Gaona y Boyacá, en el barrio de Flores, al que cantó Cacho Castaña en un tango del mismo nombre.
Por su parte, Homero Expósito, escribió el tango Cafetín (1946), "Donde lloran los hombres que saben el gusto que dejan los mares".