Aquí estoy y créeme cuando te digo que no tengo absolutamente nada para ofrecerte:
Llevo conmigo tatuajes tanto en la piel como en el alma, besos indelebles, cicatrices sin marcas.
En mi maleta una taza despostillada (mi favorita), una vieja libreta acompañada de una pluma sin tinta, un puñado de letras ilegibles, versos rotos, palabras descompuestas y uno que otro dibujo maltrecho en el que se desdibujan las sonrisas.
Llevo también, un álbum de retratos borrosos y otras fotografías más nítidas. Un álbum de cd's con canciones que me grabo un amor de adolescencia y otros discos con películas de diferentes etapas de mi vida, en las que a veces me desconozco, porque las miro como espectadora y no como protagonista.
Guardo unos tenis desteñidos, que me regalaron hace casi quince años, un vestido que ya no me queda pero que guardo más por el recuerdo de una “ocasión especial” en la que lo tuve puesto, que por lo qué realmente me gusta.
Aquí estoy y de verdad no tengo nada que ofrecerte ...
Tengo un espacio en mi pecho, un asiento a mi lado para mirar películas un sábado por la noche o un domingo completo.
Una cámara fotográfica para capturar los momentos contigo.
Hojas en blanco para escribir nuestra historia, para escribirte poesía.
Una taza extra para tomar el café juntos.
Un espacio en mi maleta, un espacio en mi vida.
Aquí estoy y no es mucho lo que tengo para darte, vengo con el alma expuesta, con los sentimientos al desnudo, con las ideas revueltas, con los miedos y dudas trenzadas en mi pelo, abrazada de mis ilusiones; y con las expectativas abandonadas en la habitación de algún hotel de paso.
Aquí estoy con una mano llena de sueños y con la otra sosteniendome el corazón.
Perla Tafolla (Dulce Y Amargo Café)